En estos tiempos de la pandemia, las fiestas se celebran en los lugares más inverosímiles. La noche del sábado saltó la alarma en Xàbia. Varios vecinos avisaron a la Policía Local y a la Guardia Civil de que habían observado destellos de color rojo en la cima del Montgó. Temían que algún excursionista se hubiera perdido o accidentado y estuviera pidiendo auxilio desde esta cumbre, que se alza a 753 metros sobre el nivel del mar. De inmediato, se organizó el dispositivo de rescate. Pero primero había que cerciorarse de que los haces de luz en la cima no eran una broma. Más de una vez ha ocurrido que grupos de jóvenes envían desde lo alto del Montgó señales luminosas a amigos que están abajo, en Xàbia o Dénia. La Guardia Civil lanzó ráfagas de luz y encendió los rotativos. Si los excursionistas estaban de guasa, lo normal era que se asustasen y apagasen a toda prisa las linternas. Pero desde la cumbre siguieron las señales. Parecía que había una respuesta y que, por tanto, los linternazos sí eran una suerte de «SOS». Además, no resultaba descabellado pensar que un grupo de senderistas se hubiera salido de la senda y estuviera atrapado. No es la primera vez que los bomberos han tenido que ascender al Montgó en plena noche para guiar en el descenso a excursionistas perdidos y exhaustos. Esta vez subieron dos bomberos del parque de Dénia. Al llegar arriba encontraron a once chavales que estaban acampados y de fiesta. Nueve de ellos, de un mismo grupo, celebraban un cumpleaños por todo lo alto (a 753 metros, nada menos).

Los otros dos eran una pareja que también hacía noche en el clímax de la montaña. Los destellos de luz roja fueron una broma de mal gusto. Se optó por no obligar a descender esa noche a los acampados. La senda tiene un tramo de afilado lapiaz que, a oscuras, es bastante peligroso. A la mañana siguiente, los once excursionistas ya bajaron del Montgó. En el inicio de la senda les esperaba la Guardia Civil, que los identificó y denunció por acampada ilegal. Todos son mayores de edad. Habían llegado desde Alcoi, Sant Joan y otros pueblos de la provincia de Alicante. Caminaban, tras una noche de farra, soñolientos y con el cuerpo para poca guasa. El último que descendía era el que había cumplido años, que acarreaba de «regalo» la bolsa con la basura de la fiesta. Las fuentes consultadas han insistido en la irresponsabilidad de celebrar en lo alto del Montgó, un parque natural protegido, una fiesta y de «jugar» a lanzar destellos de luz y movilizar durante buena parte de la noche a varias patrullas policiales y a los bomberos.