Los voluntarios de la asociación Jávea Feral Cat les ponen comida y los gatos, hambrientos, se arremolinan. Basta con encaramarse a la tapia que cierra el solar que, situado en pleno barrio de Thiviers de Xàbia, se ha convertido en un vertedero, para ver a numerosos mininos. Pero cuando se les lleva alimento todavía salen más de sus escondrijos. Estos gatos, de pelajes atigrados, se camuflan en este terreno que está repleto de basura. Quien los intenta contar desiste. Hay una nube de gatos. Pasan de treinta.

Los voluntarios han advertido de que en esta colonia felina hay animales que están enfermos y otros que son muy pequeños. Lamentan que el muro les impida entrar y examinar y cuidar a los felinos. Han pedido ayuda al ayuntamiento y a los vecinos. En esta calle, Cronista Figueres Pacheco, que está en uno de los barrios más populosos de Xàbia, es inevitable que el vertedero genere malos olores y molestias. Roedores, eso sí, no hay. Los gatos son los dueños.

El muro, de un metro y unos 70 metros de altura, hace que los peatones pasen por la acera y no adviertan la cochambre que hay al otro lado. Los curiosos que se encaraman ven colchones, trozos de coches, plásticos... Un basurero, vamos.

Los voluntarios limpiarán el solar el próximo 9 de diciembre. Pero para entrar tendrán que usar una escalera. Tras el muro, hay todo un universo gatuno. Los voluntarios quieren liberar a los mininos de tanta mugre.