Que una foca llegue al litoral de la Marina Alta es algo del todo extraordinario. La foca gris que el jueves se coló en el puerto deportivo de Altea y que el sábado se dejó ver en la cala de Llebeig se arrimó ayer a la cala de la Barraca de Xàbia. Toni Bolufer, de Meteoxàbia (una red de estaciones meteorológicas), la fotografió. Este ejemplar nada en aguas extrañas. La foca gris (Halichoerus grypus) habita en el Atlántico norte. La del Mediterráneo es la foca monje (Monachus monachus) que en este mar está casi extinguida.

Los veterinarios del Oceanogràfic se desplazaron ayer a Xàbia para intentar capturar a esta foca y quitarle la «soga» (es una red de pesca enredada) que le oprime el cuello.