«No podíamos dejar que Costas demoliese el club social diseñado por Bofill. Es un icono de Calp y lo más fotografiado junto al Penyal d’Ifac y la Muralla Roja». La alcaldesa de Calp, Ana Sala, del PP, defendió ayer que los proyectos ambiciosos y emblemáticos ayudan a superar las crisis y son un imán para atraer a turistas.

La rehabilitación del club social, un edificio situado en el dominio público marítimo-terrestre (el ayuntamiento ha conseguido que el Ministerio para la Transición Ecológica se lo preste en concesión) y que es una ruina, está encarrilada.

Dos empresas optan a quedarse las obras. Además, el pleno liberó ayer el dinero para financiarlas. El gobierno local (PP y Ciudadanos) dio luz verde a 14 inversiones que se financiarán con 4,1 millones de euros del remanente de tesorería. Están incluidas la restauración de esta obra de Ricardo Bofill (585.525 euros), la regeneración de este tramo de costa y la construcción de una pasarela desde la cala de la Manzanera (680.750 euros) y las mejoras de urbanización exterior del club social (95.625 euros).

La oposición discrepó en el pleno de que este proyecto sea ahora, en plena crisis por la pandemia del coronavirus, una prioridad. El PSPV presentó incluso alegaciones para que el dinero del remanente se destinara a obras a las que pudieran presentarse empresas locales. «Es importante que los fondos públicos se queden en un ámbito más cercano», subrayó el portavoz socialista, Santos Pastor.

Sin embargo, la alcaldesa insistió en que ha costado mucho conseguir que Costas cediera este edificio, que junto a la Muralla Roja y el Xanadú forma el triángulo de las obras del arquitecto Ricardo Bofill que el Ayuntamiento de Calp aspira a que se declaren Bien de Interés Cultural (BIC), como para ahora paralizar la rehabilitación y exponerse a perder la concesión. «En época de crisis, es importante regenerar espacios emblemáticos. Éste lo es. Y, además, Puerto Blanco, que ha estado cuatro años cerrado, también se va a rehabilitar ahora», sostuvo Ana Sala, que subrayó también que este tramo litoral va a atraer a muchos turistas.

En las ruinas del club social de la Manzanera (lleva más de 30 años abandonado), todavía se adivina alto de su antiguo esplendor. Ocupaba 2.247 metros cuadrados del dominio público marítimo terrestre. Estaba prácticamente metido en el mar. El edificio destacaba por sus grandes óculos u ojos de buey (un guiño marinero). Pese a que está muy deteriorado, siguen acudiendo turistas a tomarse fotografías en esos ventanales que se asoma al mar y al Penyal d’Ifac.

Esta construcción ha aguantado los embates de los temporales marinos y también sobrevivió a un incendio que ennegreció por completo su interior. En cambio, sus piscinas sí están totalmente resquebrajadas.

Calp va a vivir un 2021 de mucha obra pública. Con los 4,1 millones del remanente de tesorería también se reasfaltarán urbanizaciones y se instalarán cien farolas solares (se destina más de un millón de euros). También se abrirá el vial de acceso al nuevo instituto que se construirá con el Pla Edificant. Esta obra roza el medio millón de euros.