El parque empresarial Marina de Ifach de Calp, que debe diversificar la economía local y promover la implantación de firmas innovadoras, cuesta un mundo. Tras 20 años de bloqueo y una aprobación definitivan del ayuntamiento, frustrada dado que invadió competencias que no eran suyas, el pleno dio luz verde ayer de forma provisional a este plan parcial. El ayuntamiento lo envía ahora a la dirección territorial de Urbanismo de la Generalitat Valenciana. Es el Consell el que debe aprobar un proyecto que la alcaldesa, Ana Sala, del PP, y todos los portavoces califican de estratégico.

La alcaldesa reconoció ayer lo obvio, que el parque empresarial se ha «eternizado». Tanto ella como el concejal de Urbanismo, Juan Manuel del Pino, insistieron en que el proyecto es esencial para romper el monocultivo del turismo y la construcción.

La oposición coincidió en que Calp necesita dar oportunidades a las empresas locales y crear un polo de atracción para las firmas innovadoras. El parque empresarial frenaría el éxodo de las empresas a polígonos de otros pueblos y podría hacer que algunas de las que ya se han ido se plantearan volver.

Eso sí, los portavoces del PSPV y Compromís, Santos Pastor y Ximo Perles, recalcaron que es un error no salvar de antemano de la piqueta la masía del siglo XIX de la Soliva. Ambos incidieron en el valor patrimonial de esta construcción y apuntaron que se podía haber incluido en una de las zonas verdes del plan parcial de Marina de Ifach.

El concejal de Urbanismo avanzó que en la reparcelación, en la que al ayuntamiento le corresponderá el 10 %, «se estudiará» incluir esta masía en una zona verde o dotacional.