«Hemos demostrado que la política no es un chanchullo». No es un pobre legado, desde luego. La alcaldesa de Teulada Moraira, Rosa Vila, de Compromís, recibió ayer el apoyo de destacados cargos valencianistas y del PSPV. Afirmó que no le «agobia» perder el martes la alcaldía. Ese día el PP recuperará el poder con el apoyo de los dos tránsfugas socialistas Héctor Morales y Alejandro Llobell. Eso sí, la alcaldesa subrayó que la moción de censura es inoportuna. «El PP y los tránsfugas no se dan cuenta de que estamos en pandemia y de que hay que mirar por el bien del pueblo». Rosa Vila dijo que está recibiendo muchos mensajes de respaldo de los vecinos. «No entienden que a una mujer trabajadora la echen de la alcaldía».

Los cargos del PSPV y Compromís volvieron a clamar ayer en el desierto, es decir, que insistieron en pedirle al presidente de la Diputación de Alicante, el popular Carlos Mazón, que desactive la moción de censura. «Si el PP tuviera decencia retiraría ahora mismo la moción de censura», lanzó el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví. El diputado y secretario de Organización del PSPV, José Muñoz, emplazó a Mazón a que rechace que su partido conquiste con tránsfugas la alcaldía de Teulada-Moraira. «Es antidemocrático», sentenció.

El secretario del PSPV en la Marina Alta, Óscar Mengual, recalcó que está «absolutamente acreditado» que Morales y Llobell están expulsados del partido y son de todas todas tránsfugas.

Mientras tanto, el PP sigue enredado en su estrategia bizantina, que no vicentina, que el patrón no tiene nada que ver en esto. Su portavoz, Raúl Llobell, que el martes se convertirá en alcalde, ha pedido a la secretaria municipal un informe jurídico sobre el estatus político de los dos exsocialistas. Un subterfugio.