«Si uno falla, se lleva a todos por delante». Las cinco asociaciones de comerciantes y hosteleros de Xàbia (la de restauradores, la del Mercat Municipal, la de centro histórico, la del puerto y la del Arenal) se han unido para pedir que en la recién iniciada desescalada nadie se pase de listo. Avisan de que la picaresca, aunque los casos sean contados, le pasa factura a todos. De hecho, aseguran que, en estos primeros días que los bares y restaurantes han vuelto a montar terrazas y se ha ampliado el horario comercial, ya han empezado a detectar «comportamientos irresponsables». Eso sí, no señalan a nadie, sino que instan a todos a cumplir con escrúpulo las restricciones y las medidas de prevención de la covid-19.

Las entidades Associació de Restauradors de Xàbia (ARX), Xàbia Històrica, Port Xàbia, Mercat Municipal de Xàbia y Xàbia Arenal también piden a los clientes que por su seguridad y la de los empleados utilicen siempre la mascarilla, respeten los aforos y la distancia social y no fumen en las terrazas. Además, reclaman «un control policial contundente».

La policía local hace más que controlar. Lleva a cabo una intensa labor pedagógica. A mediodía de ayer, los agentes inspeccionaron las terrazas del paseo de la playa del Arenal. Recibieron llamadas de vecinos que aseguraban que había negocios que no cumplían. Estos denunciantes cometieron el error de no levantar la vista. Las terrazas de estos locales son muy versátiles. En un invierno normal, se cierran por los cuatro costados. Pero ahora están en modo verano. Los techos, que son retráctiles, están retirados, y los cerramientos de cristaleras, abiertos. Corre el aire y se cumple al pie de la letra la normativa. Los agentes comprobaron que todos los negocios tenían las terrazas abiertas (también pueden montar una hilera de mesas en el paseo) y cumplían la normativa.

La pedagogía hay que hacerla con quienes se toman las normas a la ligera y también con aquellos vecinos que miran con exceso de celo.

Las «no Fallas» y el retorno de los valencianos a sus segundas residencias

En la era de la pandemia, todo tiene dos lecturas. El sector turístico de la Marina Alta espera que las «no Fallas» den vida a una comarca donde muchos valencianos tienen su segunda residencia. También confían en que ese turismo que aprovechará el puente de Sant Josep para hacer una escapada llegue con orden y cumpla con escrúpulo la prohibición de hacer fiestas privadas en chalés y apartamentos. Si ya era habitual que los valencianos que huían de la Fallas buscaran las playas en Dénia, Calp, Moraira o Xàbia, este año que no hay fiestas se multiplicarán los turistas y darán oxígeno a bares, restaurantes, comercios, hoteles y casas rurales (el interior también seduce en esta incipiente primavera) de la Marina Alta.