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Un acusado de intentar matar a cuatro vecinos de Pedreguer aduce un brote psicótico

El hombre tuvo que ser reducido a tiros tras atacar con una barra de hierro a las personas que se cruzaban con él por calle

Un acusado de intentar matar a cuatro vecinos de Pedreguer aduce un brote psicótico

rmado con una barra de hierro en la mano, atacó a todas las personas que se le cruzaban en su camino, hasta que pudo ser reducido a tiros por las fuerzas de seguridad. Los hechos ocurrieron en Pedreguer el 30 de junio de 2019 y el juicio arrancó ayer en la Audiencia Provincial. La Fiscalía le reclama penas que suman cerca de cincuenta años de cárcel por un intento de asesinato y otras tres tentativas de homicidio. Los agredidos son vecinos del pueblo a quienes el acusado no conocía de nada, uno de ellos agente de la Policía Local.

El procesado, de 23 años de edad, se encuentra en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos. Declaró que no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado aquel día. Ni siquiera sabía quiénes eran las personas a las que atacó. El acusado asegura que oía voces en su cabeza y que solo recordaba que se despertó en una cama del hospital. Según declaró, cuando estaba en Argelia ya seguía una medicación, pero dejó de tomarla para cambiarla por otras que compraba en el mercado negro y por la que pagaba 20 euros a la semana. Llegados a este punto del interrogatorio, la fiscal expresó su extrañeza porque el agresor recordara cuántas pastillas se tomó y que estuviera fumando marihuana, pero que no recordara nada de lo que ocurrió después.

La primera persona que se cruzó en su camino era un hombre de 81 años que simplemente estaba dando un paseo. Por sorpresa le golpeó con una barra de hierro en la cabeza. «En el suelo, siguió pegándome. Creía que me había confundido con otra persona», declaró al tribunal. Sangrando y mareado trató de marcharse sin saber muy bien por qué su agresor había dejado de golpearle. En ese momento, paró un coche que se encargó de llevarle al hospital.

Entre tanto, su atacante había cambiado de objetivo. Mientras golpeaba al octogenario, una vecina le había reprendido desde la ventana para que le dejara en paz. Con la barra de hierro se dirigió hacia el domicilio. «Al principio, me sonreía y desde la calle me tiraba besos y me decía guapa», relató esta vecina. De pronto, en cuanto vio por dónde se accedía a la casa, se dirigió hacia allá y comenzó a aporrear la puerta. «En ese momento llegó mi padre a casa con el coche y se fue hacia él, golpeándole con la barra», declaró, «mientras yo llamaba a la Policía, mi madre salió a defenderle con un paraguas». El matrimonio se convirtió en dos más de las víctimas de este agresor, hasta que se personó en la casa la Policía Local y la Guardia Civil. «De no ser por ellos habría matado a mi madre», dijo esta vecina. La mujer sostuvo que «daba la sensación de que el acusado se había levantado con idea de matar a alguien».

Cuando llegó la Policía Local, el acusado también se enfrentó a ellos llegando a agredirles con los objetos con los que el matrimonio había intentado defenderse. Uno de ellos recibió otro golpe en la cabeza. Finalmente tres disparos en la pierna pudieron reducirle.

Jornada para los informes psicológicos

Los informes periciales sobre el estado mental del acusado centrarán el jueves la segunda jornada de este juicio, que podría quedar visto para sentencia tras la segunda sesión. En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía no contempla que exista eximente o atenuante alguno por enfermedad mental. Una conclusión que podría depender de lo que declaren los peritos. 

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