La Marina Alta va de floración en floración. Primero fue la de los almendros. Luego llegó la de las orquídeas (las gigantes son las primeras en brotar). Y ahora le toca a los cerezos. Sus flores alcanzan todo su esplendor justo en el equinoccio de primavera. Arranca esa estación y el interior de la comarca y, sobre todo, la Vall de Gallinera la reciben con un paisaje a reventar de vida y color.

La Marina Alta ha incorporado de alguna forma el «Hanami» japonés, que es el ritual de admirar las flores de los cerezos. Aquí se organizan rutas de senderismo para descubrir ese patrimonio natural y agrícola que entra por los ojos. El próximo viernes 19 será la primera. La organiza la Mancomunitat de Pego i les Valls y colabora la empresa de turismo activo Arrels Marinades. Los participantes recorrerán los parajes de cerezos de la Carroja. El domingo 21 tendrá lugar otra excursión por los campos de cerezos de Benirrama. Mientras, el sábado y el domingo las rutas las organiza Muntanya Viva y tienen un precio de 5 euros. Ahora, en los tiempos de la pandemia, está de moda el senderismo. Contemplar las flores y el paisaje también es un ejercicio saludable. Alimenta el alma.