«Fue una época preciosa», recuerda Pepa González, que abrió hace ahora 40 años una boutique en Xàbia («Pepa G.» es una referencia de la moda en la Marina Alta). La tienda resiste. Toda una proeza. La época a la que se refiere es la de las décadas de los 80 y 90, cuando los desfiles, desenfadados, frescos y también glamourosos, estaban de moda. A menudo los modelos eran los festeros. Las pasarelas se convertían en todo un acontecimiento social. Los jóvenes desfilaban vestidos a la última en las fiestas de los pueblos, en galas benéficas o en certámenes comarcales como el efímero de ExpoDénia (tuvo lugar en los 90 y no duró más que un par de ediciones). Las tiendas de ropa aprovechaban ese escaparate para dar vuelo al «prêt-à.porter». La comarca se olvidaba de la ropa de los domingos y las fiestas de guardar y se acostumbraba a vestir con clase y gusto todos los días. Las fotografías que ahora, con motivo de su 40 aniversario, ha rescatado la boutique «Pepa G.» irradian felicidad. Puede que la moda sea volátil. Pero las imágenes de esos años sí trascienden y transmiten modernidad. El turístico litoral de la Marina Alta se ponía al día con la moda.

«Sí, era una moda muy moderna. Hoy podríamos ponernos esos vestidos y serían perfectos», afirma Pepa González.

Ella abrió la boutique un poco de rebote. Es de Écija (Sevilla) y vino a Xàbia a trabajar de peluquera. Pero se quedó libre un local situado debajo de la peluquería y abrió una tienda de ropa. «Siempre me ha gustado la moda. Esos primeros años iba a Ibiza y a Benidorm a conocer un poco las tendencias. Luego viajaba también a Italia y Francia. Me movía mucho y me gustaba traer a Xàbia lo que se iba a llevar esa temporada».

Esta tienda ha tenido siempre clientas de toda la comarca. Acuden a comprar ropa de primeras marcas desde Ondara, Pedreguer o Dénia. Pepa destaca que sus clientas siempre han sido muy fieles. «Han venido las madres, las hijas y ahora también empiezan a venir las nietas». Seducir a tres generaciones habla muy bien del buen ojo de la responsable de esta boutique para la moda.

Eso sí, resistir 40 años es heroico y más ahora que las grandes cadenas y las compras online están acabando con el pequeño comercio. «Nuestra ventaja es la experiencia y el trato cercano. Cuando una clienta entra por la puerta, ya intuimos lo que está buscando».