Las grúas de nuevos edificios están repartidas por todo el término municipal de Xàbia. Desde los núcleos urbanos a diferentes puntos del extrarradio. Una realidad que se refleja en las cuentas del ayuntamiento del año pasado, ya que ingresó algo más de 2 millones de euros en este concepto.

Así se desprende de la liquidación del presupuesto de 2020 que fue aprobada en el pleno a finales del mes pasado y que arroja una diferencia entre los ingresos y los gastos de 9 millones de euros. En total, los ingresos fueron de 42,69 millones de euros, y los gastos se elevaron hasta los 32 millones de euros, según los datos que ha podido consultar Levante-EMV.

Con el análisis de las partidas de ingresos queda patente que por el Impuesto de Bienes Inmuebles el consistorio recaudó unos 17,39 millones de euros, y por licencias urbanísticas un total de 2,03 millones de euros.

Junto a esta cifra, otro dato que refleja que el año pasado el sector de la construcción no se detuvo fue el Impuesto de Construcciones y Obras, que subió hasta 1,4 millones de euros.

Hacía bastantes años en que Xàbia no ingresaba tanto por las licencias, si bien el récord lo registró en 2019 cuando esta partida se disparó hasta los 2,5 millones de euros. Los importes de 2020 y 2019 son muy parecidos a los recaudados en 2003 y 2004 (2,55 y 1,93 millones de euros respectivamente). Eran los años dorados del sector.

Estos mayores ingresos en las tasas de la construcción compensaron las exenciones que aprobó el ayuntamiento para ayudar a los sectores económicos, con la eliminación de la tasa de apertura, la de ocupación de la vía pública o la reducción del canon que abonan los chiringuitos y los servicios de las playas, como hamacas y sombrillas.

También llegó más dinero a las arcas públicas a través de las subvenciones de otras administraciones públicas, tanto de la Generalitat como de la diputación, y que se elevaron a 8,2 millones de euros en total frente a los 7 millones recibidos 2019.

En el apartado de gastos, los de personal se mantuvieron estables y supusieron un desembolso de 12,71 millones de euros (400.000 euros más que en 2019) fundamentalmente por el refuerzo en la concejalía de Servicios Sociales, y se incrementaron las transferencias corrientes hasta los 3,4 millones de euros por los diferentes planes de ayuda.

Mientras, la partida de inversiones se quedó en 2,75 millones (sube 1,3 millones con respecto a 2019) y no es más alta ya que una de las obras emblemáticas del ayuntamiento, el auditorio, está parada desde junio del pasado año. Y porque tampoco pudo ponerse en marcha el otro gran proyecto, las obras de urbanización del polígono industrial Catarroja tras la renuncia de la empresa adjudicataria.

Esta diferencia entre ingresos y gastos, permite según afirmó el concejal de Hacienda, Ximo Segarra, «seguir invirtiendo en ayudar a los vecinos, pero también a las autónomos y empresarios», algo que es posible igualmente ya que el Gobierno central ha decretado la exención de las reglas fiscales de gasto.

De esta forma, el ayuntamiento puede poner en marcha diferentes líneas de ayuda directa, así como los planes de empleo social (uno en 2020 y otro este año por importe cada uno de 1 millón de euros) y las inversiones que están en hoja de ruta del gobierno local.