Los rorcuales no fallan. En mayo y junio, se arriman al cabo de Sant Antoni en su migración anual desde el mar de Liguria al estrecho de Gibraltar. Y es en esos dos meses cuando se suceden los avistamientos en la costa de Dénia. Los guardacostas, los navegantes e incluso quienes practican paddle surf se frotan los ojos cuando ven emerger a uno de estos gigantes marinos. Los rorcuales son el segundo animal más grande del planeta tras la ballena azul. Esta primavera y principio de verano no ha sido, sin embargo, tan pródiga en avistamientos. Quizá las ballenas se han hecho un poco más esquivas. En su ruta, hay cada vez más tráfico marino. El caso es que este año se han avistado 19 rorcuales. El pasado año se les echó el ojo a 94, una cifra excepcional.

El servicio de Guardacostas difundió ayer imágenes de estos impresionantes cetáceos. Sorprende ver a las gigantes ballenas, respirando por el espiráculo, ante un fondo en el que se recortan el castillo y el puerto de Dénia.

Esta costa es un excepcional observatorio de cetáceos. Entre el 22 y el 25 de este mes de junio, se han celebrado unas nuevas jornadas de observación marina «Obmar». En cuatro días, se avistaron una quincena de cetáceos, así como avifauna (cormorán moñudo, pardela balear y cenicienta, moritos, flamencos, halcones peregrinos y alcatraces), peces luna y peces voladores, así como una tortuga boba de considerable envergadura; el caparazón le medía un metro.

Estas jornadas las organiza el Ayuntamiento de Dénia y participan la Universitat de València, la conselleria de Medio Ambiente, Xaloc y la Universitat Politècnica de València. Los participantes tuvieron la suerte de «toparse» con seis grupos de delfines mulares y con ocho rorcuales. Los vieron desde cerca desde la embarcación de los Guardacostas y desde el catamarán de la empresa Mundo Marino. Y los atisbaron desde tierra desde el observatorio de les Rotes y la Torre del Gerro.

Desde este año, la Torre del Gerro es un punto de observación del proyecto «Cabo Rorcual», que desarrolla el campus de Gandia de la Universitat Politècnica y que impulsa la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica. El Ayuntamiento de Dénia también participa. De hecho, este proyecto ha tomado como base de investigación la costa dianense. Este tramo litoral y el cabo de Sant Antoni son una suerte (y tanto) de «autopista» de cetáceos.