Los bañistas que descubren por primera vez la cala del Moraig se quedan boquiabiertos. Les asombra la belleza de la playa que queda allí abajo, rodeada de imponentes acantilados. Esos bañistas no cogerán el autobús para bajar. Quieren tomar la foto desde arriba. Pero luego, para subir la empinada cuesta, sí les vendrá muy bien. Y los que ya conocen la cala sí que se suben a un autobús que empezó ayer a funcionar y que hace más accesible este «paraíso» (así describen los turistas el Moraig). El autobús es gratuito y tiene una frecuencia de entre 10 y 15 minutos. El alcalde, Miguel Ángel García, y los concejales Jorge Pascual, Isabel Garrido y Víctor Bisquert supervisaron ayer la puesta en marcha del autobús lanzadera. La cala ha ganado mucho con su renaturalización. Y ahora cuenta con transporte público.
