Los jóvenes se buscan la vida para alargar la fiesta hasta ver salir el sol. Antes de la pandemia, la noche pasaba en un suspiro. Ahora, con el cierre del ocio nocturno a las 00.30 horas, quedan las fiestas clandestinas de los botellones y las juergas en los chalés. Pero sí, hay chavales que estiran la farra hasta el amanecer. Xàbia no tiene toque de queda, mientras que sí se aplica en otros municipios turísticos como Dénia, Calp y Teulada-Moraira.

Un grupo de unos 40 jóvenes aguardaban ayer en la Cala Blanca que asomara el sol. Algunos llevaban música (los vecinos debieron llamar a la policía) y bebidas. Otros se encaramaron piedras arriba en este inestable acantilado de margas (piedras que se deshacen). Acudieron varias patrullas de la Policía Local y una de la Guardia Civil. Desalojaron a los jóvenes.

Unas chicas indicaron a este diario que son de Madrid y que esa misma mañana, sin pegar ojo, volvían a su ciudad tras pasar las vacaciones en un chalé alquilado. Afirmaron que no querían irse de Xàbia sin ver cómo el sol emergía del mar.