La histórica cala del Tangó o del Pope de Xàbia es eso, historia. Desapareció poco a poco. El mar se tragó los cantos rodados. Y los desprendimientos en los acantilados del cabo de Sant Antoni la fueron sepultando. Hace 15 años que no queda ni pizca de la playa de cantos rodados en la que se zambullía un sacerdote ortodoxo que escapó de la revolución bolchevique. De ahí ese nombre de cala del Pope. El de Tangó alude a la plataforma de salvamento de náufragos o «tangón» que se colgó del acantilado en 1899.
Una playa desaparecida
Sí, una playa con historia y sin presente ni futuro. Recuperarla es una quimera. La dirección general de Puertos, que depende de la conselleria de Medio Ambiente, la da por perdida. «Desgraciadamente, la naturaleza la ha hecho desaparecer», advierte este organismo en el proyecto de reparación del dique de abrigo del puerto de Xàbia. El tramo del Tangó pertenece a la Generalitat Valenciana y se halla en el arranque de esa escollera, que es la de Levante y que sufrió graves daños en el temporal de enero de 2017 y desperfectos todavía más catastróficos en la borrasca Gloria de enero de 2020.
Puertos ha dado luz verde al proyecto para arreglar y reforzar el dique. Licitará las obras por 151.928 euros. No contemplan aportar cantos rodados ni regenerar la cala. Lo que se hará será colocar piedras de escollera de 4,5 toneladas de peso. Creará dos hiladas con estas enormes piedras para romper las olas y preservar la plataforma sobre la que se asienta el restaurante del Tangó. También rellenará con piedras de entre 20 y 50 kilos de peso la base ahora socavada.
Las obras han logrado el informe favorable de impacto ambiental. Se considera que esta solución de las piedras de escollera es la que causa menos impacto paisajístico y medioambiental. También se reconstruirá el pequeño mirador de hormigón que se asomaba a este litoral del cabo de Sant Antoni. Los temporales lo hicieron añicos.
Los trabajos se desarrollarán en un punto de gran fragilidad natural. Esta costa forma parte del parque natural del Montgó y de la reserva marina. Hay valiosas praderas de posidonia oceánica.
Para evitar daños en los fondos marinos, se colocará una barrera flotante. El objetivo es que no se deposite polvo sobre la posidonia y se contengan los eventuales vertidos de aceites o hidrocarburos. De esta forma, se intentará dar una nueva vida a este rincón natural de Xàbia que un día fue una playa, hoy tristemente desaparecida.
