La basura es un problema. Pero el incivismo es un problema todavía más gordo. Este verano se ha puesto el foco en el poco respeto por la naturaleza que demostraban algunos turistas que, tras disfrutar de las calas más recoletas de la Marina Alta, se marchaban y dejaban allí la basura. Pero el incivismo también existe de puertas para adentro de la comarca. Los vertidos incontrolados de escombros, restos de poda y enseres domésticos los realizan vecinos de la Marina Alta.
Y proliferan hasta el punto de que ya se han creado basureros ilegales. En un recodo junto a la N-332 en la Garganta de Gata (aquí está el linde de Dénia y Teulada), ya hace tiempo que surgió un vertedero que va a más. Hay escombros, neumáticos o residuos de jardinería. La basura está bien a la vista. Se acumula junto a una construcción que es una ruina.
Junto a la CV-7221, la antigua carretera que une Dénia con Ondara, también hay un terreno repleto de desechos. Por el volumen de basura, está claro que aquí han descargado numerosos camiones. La Policía Local de Ondara ha precintado el único acceso. De momento, se respeta el precinto. Esta parcela también está muy visible.
Además, día sí y día también se producen vertidos ilegales junto a los contenedores de basura. Es un problema de dimensión comarcal. No hay pueblo que se libre de esta sucia práctica. Parece que la Marina Alta está de mudanza permanente. Se tiran muchísimos colchones, muebles y electrodomésticos averiados.
En Xàbia, en un punto escondido del estrecho Camí de les Cansalades, también han empezado a acumularse escombros y enseres domésticos.
Esta proliferación de basura no tiene ningún sentido. Todos los pueblos de la Marina Alta cuentan con ecoparques y con servicios municipales de recogida puerta a puerta de enseres. La recogida es gratuita. Pero el incivismo es una plaga que va a más.
