La pandemia ha cambiado las reglas (o las no reglas, mejor dicho) del ocio. Las fiestas en los chalés y los botellones itinerantes (la ubicación se decide en el último momento y se comunica por whatsapp) llevaron de cabeza a la Policía Local de Xàbia y desvelaron a muchos vecinos y turistas. La Policía Local atendió el pasado año nada menos que 1.673 quejas por ruido. La media es de 4,5 quejas por día. "Hubo noches en verano en las que acudimos a 30 y 40 viviendas en las que se celebraban fiestas", ha indicado hoy el intendente jefe de la Policía de Xàbia, José Antonio Monfort, que ha admitido que los escandalosos saraos en los chalés, a veces multitudinarios, se convirtieron el pasado año en el principal problema de convivencia ciudadana.

Los agentes pusieron 377 denuncias por estas fiestas que se suelen montar en chalés de alquiler turístico. Además, levantaron acta a 68 viviendas turísticas.

El intendente jefe ha advertido de que hay una gran diferencia entre el número de quejas y las denuncias. Ha descrito que cuando llegan las patrullas a los chalés de las fiestas quienes están dentro de parranda no les abren la puerta o se niegan a identificarse. Ha avanzado que están gestionando con la conselleria de Turismo posibles fórmulas para poder sancionar a quienes montan estas fiestas. Ya tienen claro que la ley de protección de datos no impide identificar a los inquilinos y, de hecho, los explotadores de las viviendas turísticas tienen la obligación de dar sus nombres. Monfort ha avanzado que incluso se pueden tomar medidas tan drásticas como la de revocar la licencia de vivienda turística.

El problema es complejo. Este verano se alquilaban chalés a través de plataformas y se diluía mucho quién era el responsable de organizar estas ruidosas fiestas.

Tanto el intendente jefe como el concejal de Seguridad, Juan Ortolá, han indicado que las comunidades de propietarios están concienciadas con estos problemas y son un aliado para evitar que se alquilen viviendas que acaban convirtiéndose en algo parecido a una discoteca.

La Policía Local realizó el pasado año 9.083 servicios, casi cien más que en 2020. Los asistenciales han subido. Los agentes acudieron a 105 accidentes con heridos (los siniestros totales fueron 414) y participaron en 684 servicios sanitarios y 483 de carácter social. En Xàbia, hay numerosas personas mayores que viven solas. Un servicio habitual es el de ir a una vivienda a rescatar a su morador de avanzada edad que ha sufrido un accidente doméstico.

Los servicios de seguridad ciudadana han bajado. Representan el 18 % del total de los servicios que atiende la Policía Local. Eso sí, el 24 % de estas incidencias de seguridad ciudadana han sido de alteraciones del orden público. Han aumentado los botellones y los conatos de peleas. Este pasado verano se tuvieron que cerrar algunas noches la Glorieta Guillermo Pons (Cala Blanca), la carretera del cabo de Sant Antoni o el Camí Vell de la Granadella para evitar que allí se organizaran botellones.

La Policía Local de Xàbia cuenta ahora con 67 agentes. Este año se reforzará con 11 más (las plazas están presupuestadas). Sin embargo, la plantilla seguirá siendo corta para hacer frente al aluvión de incidentes del verano.