Los almendros ya no son la explosión de flores de antaño. La Xylella fastidiosa, la bacteria que arrasa estos árboles, ha empobrecido el paisaje. Pero los vecinos de Alcalalí, el pueblo que ahora celebra el Feslalí, el festival de los almendros en flor (este año sin flor), saben que tan importante como la flor es la simiente. Y este año toca sembrar ilusión.

La semilla que también germina es la del arte. "Aleshores, llavors!" es el título de la exposición que se puede visitar hasta el 20 de febrero en el Museu Etnològic. Las obras, sutiles y poéticas, son de la artista Laura López Chesa. El almendro y otros árboles tan mediterráneos como el algarrobo y el olivo inspiran esta muestra que es un canto a la vida y la metamorfosis. La flor efímera da paso al fruto y a la esperanza.

La muestra se exhibe en un espacio que evoca el pasado agrícola de Alcalalí. El arte y la tradición van de la mano e invitan a reflexionar y abordar desde una mirada más íntima la riqueza de este municipio. El Feslalí ha sabido resurgir en su edición más difícil, la de la Xylella y la covid-19.

Las obra se exhiben en el Museo Etnològic A. P. F.