Ana muestra uno de los mensajes que ha recibido en el móvil. Aparece un mapa con los refugios subterráneos para entre 1.000 y 1.500 personas que se han habilitado en sótanos de Ternópil, su ciudad. "Ternópil está en la parte oeste de Ucrania, lejos de la zona de conflicto, pero allí todos están angustiados y con miedo. Mi prima me ha llamado a las 6 de la mañana y me ha dicho que se ha despertado sobresaltada. Los cristales vibraban por el ruido de aviones y helicópteros".

Ana llegó a España hace 20 años. Desde 2007 vive en Ondara. "Siento impotencia y un dolor inmenso y eso que este dolor es pequeño con lo que puede venir. No es que pida la paz. La grito. Hay que parar esta barbaridad", afirma sobre el ataque de Rusia a su país, Ucrania.

Su prima le ha contado que escucha claramente un "bum" y que las gasolineras de Ternópil están a tope de coches. Le ha relatado también que la gente está haciendo acopio de alimentos y que ya les han pedido si pueden acoger en sus casas a los ancianos y niños que se están evacuando de las zonas más peligrosas. "En el grupo de wasap que tengo con gente de Ucrania, se indica que hay que dejar los sótanos abiertos para que sirvan de refugios por los posibles bombardeos. También han dicho que hay que tener preparada una 'bolsa de guerra' por si hay que evacuar la ciudad. Y a la 1 del mediodía van a dar instrucciones de cómo defenderse en una guerra. Todo esto es muy triste. Estoy lejos, pero soy ucraniana y estoy muy angustiada", relata con la voz entrecortada y a punto de romper a llorar.