Otra vez a empezar de cero. La conselleria de Cultura inició en mayo de 1996 el expediente para declarar Bien de Interés Cultural el yacimiento romano de Banys de la Reina de Calp. Mientras, la tramitación del BIC de l’Illa del Portitxol de Xàbia, un islote donde han salido a la luz restos fenicios y romanos, así como un tesoro de monedas de oro tardorromanas descubierto este verano por dos bañistas, comenzó en noviembre de 1980. La consellería concluyó estos expedientes (y los de los enclaves arqueológicos y paleontológicos de Almenara, Beniarrés, Benicarló, Borriana, Alacant, Llíria, Moixent, Nules, Onda, Requena, Riba-roja, Yátova y Cortes de Pallás y El Campello) en 2018. Una empresa recurrió y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana le dio la razón. La administración rebasó con mucho los 20 meses en los que debía haber aprobado los BIC.
La sentencia que tumbaba la protección de estos yacimientos es del pasado mes julio. La conselleria pisa el acelerador para volver a blindar estos enclaves arqueológicos. El conseller Vicent Marzà ha firmado ahora la resolución por la que se incoa el expediente para volver a inscribir estos yacimientos en el inventario general de patrimonio cultural valenciano. Serán otra vez BIC y esta vez sin resquicios.
En ese ínterin sin protección (estos vestigios, sea como fuere, no se pueden tocar ya que están amparados por la Ley de Patrimonio), Banys de la Reina y l’Illa del Portitxol se han asomado al futuro. La Diputación de Alicante ha terminado el plan director del enclave arqueológico calpino. Ese documento dibuja cómo puede ser el futuro parque arqueológico o museo al aire libre. Llama la atención que se plantea demoler un tramo de paseo (parte en dos el yacimiento y oculta estructuras) y sustituirlo por un puente de 160 metros y una plataforma que «flotará» sobre los viveros de época romana excavados en la tosca.
Mientras, en el Portitxol se han hallado más de 200 anclas históricas protegidas. Se ha creado el primer «museo» sumergido de España.
