Sorolla, inmortalizado en su «Xàbia sublime»

Xàbia forma parte de la obra de Joaquín Sorolla. Ahora Sorolla, el artista de la luz, está en el paisaje de Xàbia. Ayer se inauguró la escultura de bronce que representa al artista de joven pintando el cabo de Sant Antoni, «un monumento de color rojizo, enorme, inmenso». La obra, realizada por el escultor Javier de Benito, domina el paseo de la playa de la Grava, en el puerto xabienc, que desde ayer se llama Passeig Joaquín Sorolla.

El acto de ayer cierra la conmemoración de los 125 años de la primera visita del artista valenciano a esa Xàbia que le fascinó. En la primera carta que le envió a Clotilde, su esposa, le confesaba que el paisaje era «sublime e inmenso, lo mejor que conozco para pintar».

Los bisnietos de Sorolla (nietos de sus hijas María y Elena), entre ellos Blanca Pons-Sorolla y Antonio Mollá Lorente, quien preside la comisión permanente de la Fundación Museo Sorolla, así como el presidente del Museo Sorolla, Enrique Varela, asistieron a la inauguración. Antonio Mollá afirmó que la escultura es «magnífica». Mientras, el Javier de Benito reconoció que cuando empezó a modelarla sintió «vértigo». Gnó confianza cuando los familiares de Sorolla le dijeron que adelante. Explicó que para llegar al bronce final hizo antes la misma escultura en barro y cera. También confesó que lo complicado era ponerle cara a ese artista joven que se quería representar. «Hay fotografías de un Sorolla ya más mayor, pero no de esos años de juventud. Era como hacer un Quijote antes de que fuese el personaje que todos conocemos», indicó Javier de Benito.

El alcalde, José Chulvi, y el concejal de Cultura, Quico Moragues, coincidieron en que Sorolla es ya eterno en Xàbia. Chulvi recalcó que hay que defender el paisaje que fascinó al artista, «un paisaje que es parte de nuestra piel».

Mientras, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, recordó que el próximo año se conmemora el centenario de la muerte de Sorolla.