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La lucha por la vida de Estell, el águila con "discapacidad" de la Marjal de Pego-Oliva

La pescadora, que cumple ahora un año de vida, arrastra las secuelas de la miopatía de la captura y de haber quedado atrapada en un tendido eléctrico

El águila pescadora Estell cumplirá el sábado un año. | LEVANTE-EMV

Estell desmiente a Darwin, pero también le da la razón. El autor de «El origen de las especies» no hubiera apostado, seguramente, un chelín por este águila pescadora. Sin embargo, le hubiera maravillado como Estell se agarra a la vida (y lo hace con una de sus garras bastante maltrecha) y como ha cambiado sus costumbres para sobrevivir. Estell encarna la adaptación. Ha demostrado una gran inteligencia. Ha renunciado a su instinto de lanzarse a migraciones de miles de kilómetros y ha decidido hacer del Marjal de Pego-Oliva su hábitat permanente.

A Estell, que ahora cumple un año (nació en la isla de Cabrera el 16 de abril de 2021), también le va al pelo el título de la trilogía barojiana «la lucha por la vida». Baroja se inspiró en Darwin.

Este águila pescadora tiene una «discapacidad». Y eso la hace muy especial. Es única en el mundo. La tasa de supervivencia de esta especie es del 12 %. Estell se ha rebelado contra la estadística. La labor que han realizado los voluntarios ha sido decisiva. Todos los días, llueva, truene o haga sol e incluso en festivos como Navidad o Año Nuevo, acuden a alimentarla. Estos voluntarios velan por Estell. Han creado un equipo maravilloso. Su compromiso es un ejemplo de estima a la naturaleza y la fauna y de solidaridad y esperanza.

Estell llegó junto a Arún al Marjal de Pego-Oliva, donde en 2019 se inició el proyecto de reintroducción del águila pescadora (la especie desapareció de la Marina Alta hace 41 años), el pasado 26 de mayo. En seguida se detectó que las dos aves tenían problemas de movilidad en las patas. Sufrían miopatía de captura (lesiones irreversibles de un transporte inadecuado). Recibieron tratamiento veterinario en el Centro de Recuperación de Santa Faz. Participaron expertos en traumatología celular de la Crew Foundation.

Arún murió el 14 de junio. Estell mejoró mucho, pero no recuperó la total movilidad de la pata izquierda.

El águila abandonó la jaula del hawking el 8 de julio. Fue su primer vuelo. Pero el 16 de julio quedó atrapada en el aislante de una torre eléctrica (en el Marjal se han rectificado los tendidos para que no se electrocuten las aves). En el operativo para salvarla participaron los bomberos, la policía local de Pego, el Seprona, agricultores, técnicos de Iberdrola y los cuidadores de Estell y los voluntarios.

El águila sufrió una gran herida y perdió una uña. De nuevo, «ingresó» en el Centro de Recuperación de Santa Faz. Le curaron las heridas y el 13 de agosto volvió a volar. Se adaptó a la Marjal. Eso sí, no migró. Estell decidió quedarse en un entorno familiar.

La lucha por la vida y la adaptación de este águila pescadora han concitado el interés de los científicos. Ha sobrevivido cuando lo tenía todo en contra. Ahora cumple un año.

Y hay, claro está, que celebrarlo. La Fundación Migres, que lidera la recuperación del águila pescadora en España (especie extinta como reproductora en la Península desde los años 80), ha organizado para el sábado y el domingo en el Marjal talleres y una merienda con tarta de cumpleaños. Será una celebración muy familiar en la que los niños y niñas conocerán a Estell. Las plazas son limitadas y hay que inscribirse.

«Estell tiene más vidas que un gato», subrayó ayer Itziar Colodro, de la Fundación Migres. «Le dábamos unas posibilidades de sobrevivir de un 6 %». Pero este águila se ha empeñado en llevarle la contraria a Darwin y a la estadística.

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