Tras dos años sin fiestas, las peñas han demostrado que no han perdido ni pizca de humor ni de capacidad para plasmar en la calle mordaces críticas. Uno de los actos más divertidos de las fiestas de Sant Vicent Ferrer de Teulada es el desfile de carrozas y disfraces. Las peñas no es que preparen su «performance» con muchos días de antelación. Suele ser «pensat i fet». Y les basta para llevar a la calle afiladas y divertidas sátiras que logran que el público se lo pase en grande. Imaginación y humor, esas son las claves para triunfar en este informal y colorido desfile.

Los festeros tenían «material» para sus chanzas. En estos dos años sin fiestas y sin ese desfile que suele lanzar afiladas pullas, el ayuntamiento ha vivido incluso una convulsa moción de censura. Sin embargo, el «tema» más recurrente, ese que se ha convertido en la comidilla en las tertulias familiares y de amigos sobre política municipal, ha sido el de la mala pata del ayuntamiento con las obras. Claro que no es un problema solo de Teulada-Moraira. En otros pueblos de la Marina Alta, muchos proyectos de obra pública han acabado paralizados al dar la espantada la empresa contratista.

En el desfile de Teulada, varias peñas hicieron mofa con esas obras de nunca acabar. Unos festeros se disfrazaron de socorristas y esgrimieron el cartel de «socorristas de la piscina de Teulada, en paro». La obra de la piscina es una de las que ha estado paralizada durante meses y meses. Ese asunto de las obras eternas es áspero, pero las peñas consiguen sacarle el lado gracioso.