Sí, hay de nuevo trajín en la histórica pastelería Agulló de Dénia. Situada en la calle Cop, en el "rovellet" de la ciudad, bajó la persiana en el otoño de 2019. Pepa Agulló, la última pastelera de una saga que inició su bisabuelo, Antonio Agulló Llopis, no pudo seguir por motivos de salud con una actividad que es de mucho sacrificio. Dénia perdió algo más que una pastelería. Quedaban atrás 120 años de golosa tradición. La pastelería Agulló era famosa por sus genaros, merengues, caprichos de chocolate, la casca de Reis o la tortà d'ametla. La confitería inicial había evolucionado. También se vendía pan, cocas y empanadillas y chucherías.

Desde entonces, el local ha permanecido cerrado a cal y canto. Hasta ahora. Los nuevos responsables están dispuestos a retomar la tradición de la panadería y los dulces. Ya han comenzado las obras. La cancela volvía ayer a estar abierta. Los trabajadores, preguntados por este diario, confirmaron que se va a abrir un nuevo obrador.

Pepa Agulló y el alcalde de Dénia, en una imagen de finales de 2019 Levante-EMV

Y es una gran noticia. Recuperar este negocio viene de dulce en un momento complicado para el comercio tradicional de Dénia y de todos los pueblos.

Agulló ha endulzado la vida de muchas generaciones de dianenses. Es historia. Cuando cerró, un equipo de la oficina de innovación de la ciudad creativa de la Gastronomía de Dénia inventarió la maquinaria tradicional de la pastelería y grabó una entrevista a Pepa Agulló.

El local no ha cambiado mucho desde su cierre. Incluso están las vitrinas a las que se asomaban los niños (y los no tan niños) y se relamían mientras esperaban que Pepa les diese la golosina. Los vecinos que pasan ahora por delante y ven que algo se mueve en Agulló sienten curiosidad por saber qué se cuece en la histórica pastelería.