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Pérdidas del 99 % en la cosecha de cerezas de Les Valls de la Marina Alta

La Vall de Gallinera, la Vall de Laguar, la Vall d'Ebo y la Vall d'Alcalà piden la declaración de zona catastrófica tras cuatro campañas agrícolas nefastas

Frutos que no han cuajado. Se estima que se ha perdido un 99 % de la cosecha Levante-EMV

Pérdidas del 99 y del 100 % en la cosecha de cerezas. La temporada es nefasta. La indicación geográfica protegida "Cireres de la Muntanya d'Alacant", creada en 1991, está viviendo su campaña más desastrosa.

Les Valls de la Marina Alta (la Vall d'Ebo, la Vall d'Alcalà, Vall de Gallinera y la Vall de Laguar), además de Planes y Benimarfull, poseen unas especiales características agroclimáticas para el cultivo del cerezo. El relieve montañoso y la proximidad a la costa hacen que se coseche la cereza más temprana de todo el Estado español. Su calidad es excepcional.

Las explotaciones suelen ser familiares. Y mantienen el carácter rural de estos municipios del interior de la Marina Alta.

Sin embargo, este año, por las lluvias torrenciales de la primavera, la campaña es nefasta.

La producción mediana anual de cereza a la Cooperativa Cireres Muntanya d'Alacant (la cooperativa está en Alpatró, en la Vall de Gallinera) oscila entre los 500.000 kg y los 800.000 kg de variedades predominantes, que son Burlat, Early Lory, Prime Giant, Stark Hardy Giant, Picota Ambrunesa y Sweet Heart.

En los últimos cuatro años la cereza se ha visto afectada por la climatología y esto ha provocado un notable descenso de la producción. El año 2018 fue una temporada de producción estándar y en la zona de Cireres de la Muntanya d'Alacant COOP CV se recogieron un total de 700.000 kg, mientras que el 2019 se recogieron unos 200.000 y, en 2020, fueran 28.000. En 2021, se cosecharon 107.000 kg y la previsión para el 2022 es de una perdida de producción del 99 y el 100 %.

Ya van 4 años de una cosecha nefasta. Los desastres climatológicos provocan falta de polinización y de cuajado.

Las lluvias torrenciales causaron graves estragos en los cerezos, que estaban en ese mometo en floración Levante-EMV

Los municipios afectados han realizado un llamamiento a la Administración General del Estado para que declare este punto del territorio como zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil. Es decir, que se declare la zona catastrófica.

La producción agrícola de les Valls se realiza en minifundios y bancales de piedra en seco situados en una orografía que dificulta el trabajo diario de las familias que se dedican a este cultivo. Este desastre agrícola agrava el gran problema de estos pueblos, la despoblación.

Estos pueblos piden también a las instituciones agrarias y, en especial, a la conselleria de Agricultuura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica que tomen medidas para proteger y fomentar esta producción agrícola de la cereza y que ayuden a superar la emergencia social y agraria que están sufriendo los vecinos y agricultores por estos cuatro años consecutivos de pérdidas en la cosecha.

Para colmo, el sector de la dereza no puede asegurar la cosecha en el módulo de rendimientos a causa del coste elevado del seguro que es de 0.35 euros- 0.50 euros por kilo. El agricultor solo puede asegurar su cosecha para las lluvias y se queda sin cobertura cuando la producción se ve afectada por el cuajado de la flor u otros efectos adversos.

Las cosechas no se aseguran y, cuando se suman temporadas catastróficas, como ha ocurrido ahora, se abandonan cultivos. La previsión es que en los próximos años, si no hay medidas para paliar las pérdidas, se abandonarán más del 45 % de los cultivos.

El patrimonio agrícola es clave en el turismo sostenible, en fijar la población y frenar la despoblación y en mantener los servicios. Si la agricultura no remonta, el patrimonio rural y natural de estos pueblos está en peligro.

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