Una estruendosa cacerolada. Más de 300 personas, en su mayoría trabajadores de Jávea Company, participaron ayer en la protesta contra el precinto de tres locales de este grupo hostelero (los bares Acqua y la Bámbula y la discoteca Achill) y de otros cuatro negocios del extremo sur de la playa del Arenal de Xàbia. El ayuntamiento los ha clausurado tras una denuncia de un vecino ante la Agencia Valenciana Antifraude. El gerente de Jávea Company, Edgar Slama, denunció que es una discriminación. Dijo que más de mil locales están en Xàbia sin licencia. Dijo que él lleva 25 años intentando lograr el primer permiso. Y dedujo que la culpa no es de los empresarios, sino del ayuntamiento. Fue más concreto y achacó el bloqueo a «algunos técnicos y funcionarios caciques».