«Fui corriendo. Sabía que dentro de una de las viviendas había menores». Yolanda Pérez, que trabaja de vigilante de seguridad en la urbanización la Siesta, en la falda del Montgó de Dénia, salvó la tarde del lunes a un bebé de 5 meses y a sus hermanos de unos 7 y 5 años. Los tres menores se hallaban en una vivienda de esta urbanización en la que ya se colaba el denso humo de un incendio que se había desatado en el exterior.

Las llamas devoraban los matorrales y la basura que se acumula en el abandonado jardín de esta urbanización que durante años ha estado «okupada».

Yolanda y su compañera Inmaculada Millet escucharon «pequeñas explosiones». Salieron de la garita que su empresa, Pycseca (se encarga de la seguridad), tiene en otra parte de la urbanización. Vieron el denso humo.

«No me lo pensé. Eché a correr y vi a la madre que se hallaba fuera de la casa. Me dijo que estaba intentando apagar con garrafas de agua el fuego. Le pregunté que dónde estaban sus hijos», relató ayer Yolanda.

La madre le dijo que los menores seguían dentro de la casa. «El incendio avanzaba muy rápido y el viento echaba el humo sobre la vivienda, que es una planta baja», explicó la vigilante de seguridad. «Encontré a la niña llorando. Su hermano, de unos 5 años, estaba en el sofá durmiendo. El bebé no estaba en la cuna. Lo hallé en la cama». Yolanda cogió al bebé de 5 meses y se lo acurrucó en el pecho sosteniéndolo con un brazo. Al niño le dijo que se agarrase de su pantalón y a la niña le dio la mano que le quedaba libre.

«El humo ya era muy espeso. Casi no se podía respirar. Afuera las llamas eran cada vez más violentas». Ya en la calle, Yolanda le dio el bebé a su compañera, Inmaculada. Las dos llevaron a los pequeños a la garita. Yolanda volvió a por la madre. Mientras, llegaron las patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional y luego los bomberos. «Les dimos agua. La niña es asmática y lo había pasado bastante mal. Afortunadamente, los pequeños y la madre estaban bien».

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Cuando el fuego ya estuvo apagado, un bombero acompañó a la madre a la vivienda a recoger lo básico. En la mañana de ayer, acudieron el padre y la madre con los pequeños a llevarse ropa.

Esta familia es una de las tres que siguen viviendo de «okupas» en esta urbanización de Dénia. A principio de año, se desalojó al resto de familias. Se tapiaron las ventanas y se instalaron puertas «antiokupa». Pycseca se encarga de vigilarla durante las 24 horas del día. Dos de sus trabajadoras, Yolanda e Inmaculada, hicieron más que vigilar. Actuaron con rapidez y gran determinación y salvaron a tres menores.