El pasado verano fue el de la escalera mecánica. Se convirtió en un atractivo turístico del casco antiguo de Calp. Ahora toca la rampa. Ya se ha instalado en la calle Murillo, reabierta al tráfico y a los peatones el pasado viernes. Los vecinos por fin pueden usar los garajes. La rampa no está todavía en marcha. Falta enchufarla. Pero, tal y como están los tiempos, que una obra se acabe sin demasiados contratiempos es para tirar cohetes.