Leer, esa es la gran aventura. Ahora hay obsesión por pasar las vacaciones con la lengua fuera. El verano es un no parar. Todo es trajín. Los turistas quieren actividad y más actividad. Triunfan las rutas en kayak y en moto acuática, las salidas en barco o bajar a las calas cargados con hamacas, sombrillas y neveras. Eso de relajarse no va con el nuevo turismo.

Pero hay excepciones. Dénia apuesta por las biblioplayas. Los libros deparan las grandes aventuras.

El ayuntamiento puso en marcha ayer la segunda biblioplaya. Está en la playa de les Albaranes. El pasado año abrió como iniciativa piloto la biblioplaya de la Marineta Cassiana. Funcionó de maravilla. Los turistas agradecieron esa experiencia de hojear la prensa o disfrutar de un buen libro. El pasado 15 de junio ya se abrió de nuevo la biblioplaya de la Marineta. Ahora funciona también la de les Albaranes. Hasta el 30 de septiembre los bañistas pueden acercarse y zambullirse en la lectura.

Las biblioplayas son una opción de vacaciones pausadas y sin sofocos. Esa manía de hacer deporte sin parar en verano puede transformarse en el saludable descubrimiento de que leer sí es desconectar de todo.

Otra actividad pausada que llega ahora es la de «Descobreix els paisatges de Dénia». Se han programado 16 excursiones sencillas que comienzan el 20 de julio. Los participantes descubrirán el bosque del Montgó, el parque natural del Marjal de Pego-Oliva, el Jardí de l’Albarda o el riurau de Jesús Pobre.