La megafonía atruena: «Está prohibido el baño por riesgo de contaminación». Los turistas recogen y se van porque la playa no es lo mismo si uno no puede refrescarse (y más en plena ola de sofocante calor). Las familias son las primeras que pliegan. A los niños es difícil mantenerlos a raya y que no se metan en el agua. Y la playa del Arenal de Xàbia, medio vacía y sin nadie en el agua, ofrece una imagen del todo insólita para un 26 de julio.

Ondea la bandera roja en la playa más concurrida y familiar de Xàbia. También es en la que más se vigila la calidad del agua en toda la Comunitat Valenciana. Lo asegura la conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, que precisa que en 11 puntos de esta ensenada se analiza constantemente el agua.

La playa se cerró a las 14.30 horas tras detectar el Programa de Vigilancia de Playas en una muestra tomada en el centro de la playa que se había disparado la presencia de e-coli (la bacteria Escherichia coli, que vive en los intestinos de las personas y de los animales sanos). En plata, se detectó contaminación fecal.

Para Ecologistes en Acció de la Marina Alta, se veía venir. Desde junio advierten de que el emisario submarino está roto y que el agua ya tratada en la depuradora se vierte en la ensenada de la playa y no mar adentro. Así es. Las lluvias torrenciales de abril partieron esa tubería. Sin embargo, la conselleria y el propio ayuntamiento han defendido que no se ha producido contaminación y que todas las analíticas realizadas han ofrecido parámetros normales. De hecho, el consistorio hizo públicos hace pocos días los análisis que constatan que la calidad del agua es en el Arenal excelente en algunos tramos y buena en otros.

Mientras, la conselleria aseguró ayer que la presencia de e-coli no está relacionada con la rotura del emisario ni con las obras de reparación, que deben terminar este jueves. De hecho, advirtió que este episodio de contaminación es consecuencia de «un vertido particular» que se disolverá rápidamente.

A los bañistas, esas disquisiciones les traen al pairo. Lo que les mosquea es que la playa del Arenal sufra vertidos fecales y se tenga que cerrar. Y les chirría que a finales de julio el emisario submarino, que lleva roto desde el mes de abril, no esté todavía reparado.

Los socorristas de Cruz Roja se emplearon a fondo para que nadie entrara en el agua.