El toro volvió a la vida. Los aficionados a los "bous al carrer" temieron el miércoles que se repitiera en el Poble Nou de Benitatxell lo que ya ocurrió en las fiestas de 2018. Entonces un toro murió tras caer fulminado durante un encierro. Los entendidos aseguraron que el animal había sufrido un infarto. Esta vez fue diferente. Un toro se desplomó en la sesión de la tarde del miércoles. Se dio un violento testarazo con una barrera y cayó como muerto.

El calor era asfixiante y también pudo influir en el desvanecimiento del astado. Los aficionados y el ganadero se emplearon a fondo para reanimarlo. Le lanzaron agua con cubos. El ganadero le realizó un corte en una oreja para que sangrara y aliviarle así la presión craneal provocada por el fuerte golpe en la cabeza. Y el toro revivió. Lo metieron de nuevo en el corral. Al principio, seguía un poco amodorrado. En pocos minutos, se había recuperado y respondía a todos los estímulos.

Ese mismo miércoles una vaquilla corneó en una pierna a un hombre de 40 años. El aficionado sufrió un pinchazo. Fue trasladado al hospital de Dénia y recibió el alta a las pocas horas. Mientras, otra vaquilla volteó a un joven de 17 años. El chaval quedó magullado. No llegó a sufrir herida por asta de toro.