«El fuego se nos venía encima. Hemos sacado a toda prisa la maquinaria, pero el camión ya no lo hemos podido salvar». Germán, el dueño del solar en el que guarda la maquinaria (palas y camiones) de su empresa, aseguraba, abatido y mientras lo atendían los sanitarios, que las llamas habían avanzado muy rápido y que, cuando se dieron cuenta, ya habían penetrado con virulencia en su terreno.

Un bombero pasa junto a un neumático en llamas A. P. F.

El incendio se declaró sobre las 12.20 horas. Comenzó en un campo yermo que está próximo al flanco sur del núcleo urbano. El fuerte viento empujó las llamas hacia el pueblo. La densa humareda se echó sobre las casas, los adosados de la calle Pinaret.

El fuego entró en la parcela de un chalé separado unos 300 metros del núcleo urbano A. P. F.

El policía local de Dénia que está destinado en Jesús Pobre en seguida dio la voz de alarma y se multiplicó para que ningún vecino corriera peligro. No hubo desalojos, pero muchos residentes decidieron salir a la calle y alejarse del humo. Era lo más sensato.

Mientras, llegaron los bomberos del parque de Dénia (los del consorcio de Alicante) y los forestales, así como varias patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional.

Las llamas prendieron en un camión que estaba cargado de balas de paja. Quedó totalmente calcinado. También arrasaron campos yermos. El fuego ha dejado una mancha en el bello paisaje rural de Jesús Pobre. Pero pudo ser peor. Se salvó el pulmón verde del Pinaret. Los pinos son de considerable porte y están junto al gran riurau. El fuego pasó a pocos metros. Las llamas sí entraron en el terreno de una casa que está separada unos 300 metros del meollo urbano. Sus dueños refrescaban con mangueras los rescoldos.

Los bomberos dieron el fuego por controlado a las 15.30 horas.

Los sanitarios de una unidad de Soporte Vital Básico atendieron a Germán y proporcionaron suero para los ojos a algunos de sus trabajadores. Los vecinos volvieron a sus casas tras el susto. El olor a humo seguía siendo intenso. El fuego se quedó al otro lado de la calle.