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De los "sombrilleros" a los "tolderos" o cómo adueñarse de la playa en la Marina Alta

Las carpas están prohibidas, dado que invaden un gran trozo de arena o grava, pero cada vez se ven más en calas como la de la Granadella de Xàbia

Una carpa montada este domingo en una cala de Xàbia | A. P. F.

La playa es una obsesión. Los «sombrilleros» suelen ser los abuelos de la familia. Los envían al despuntar el día a plantar sombrillas y hamacas en la orilla de la playa. Pero a tan temprana hora está prohibido montar el campamento. La playa debe estar libre para que pasen las máquinas de limpieza. En Calp, más de un «sombrillero» se ha llevado una ingrata sorpresa. Al volver a la playa, se ha encontrado que sus bártulos ya no estaban. La policía los había requisado. Antes de las 9.30 horas, no se puede ocupar la orilla.

Un toldo montado en la playa de la Granadella de Xàbia A. P. F.

Ahora se suman otros turistas también obsesionados con hacerse con un trozo de playa. Son los «tolderos». Despliegan una carpa y se garantizan estar a sus anchas en un litoral que, en pleno agosto y tras evaporarse todas las restricciones de los dos veranos anteriores, está abarrotado. Esas carpas se han empezado a ver en las calas de Xàbia (sobre todo en la Granadella y el Portitxol). Si los «sombrilleros» le hacen un servicio a la familia, que sin madrugar tiene reservado un pedazo de orilla, los «tolderos» son más de amigos. Los colegas despliegan sillas y mesas debajo de la carpa, donde incluso se pone atronadora música.

Estos toldos están también prohibidos. A la playa se puede llevar sombrillas y hamacas, pero montar estos tinglados es otra historia. Los «tolderos» se «adueñan» de un trozo de playa. Estos elementos rompen, además, la visual del litoral. Se empieza por unas carpas para un grupito reducido y se acaba desplegando aparatosos armatostes.

Si algo bueno tuvo la pandemia en las playas fue que nadie podía pasarse de la raya. Dénia, Xàbia o Calp marcaron un pasillo en la orilla para que los bañistas pudieran pasar sin tropezarse unos con otros. Ahora han vuelto las apreturas y hay bañistas que tienen tanta hambre de playa que se agarran una porción XL.

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