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INCENDIO DE LA VALL D'EBO

"¡Qué alegría volver a casa! Es como si nos hubiera tocado la lotería"

Los desalojados de la Vall de Gallinera y la Vall d'Alcalà regresan a sus hogares: "Llovía a cántaros y no veíamos la carretera, pero estábamos locos por dormir en nuestras camas"

Ariana López y José Alemany, esta mañana en Benirrama. José tiene 94 años y dice que es la primera vez que se desaloja su pueblo A. P. F.

El sentimiento es ambivalente. Están exultantes por volver a casa y admiten que les asalta la tristeza al contemplar todo lo que se ha quemado. Los desalojados de la Vall de Gallinera por el incendio que se inició el sábado por un rayo en la Vall d'Ebo y que ha arrasado 11.700 hectáreas regresaron a casa la noche de este miércoles. Mientras, los evacuados de la Vall d'Alcalà han vuelto a sus hogares esta mañana. "Sobre todo para las personas mayores volver a sus casas es como si les tocara la lotería. Y todos preferimos comernos un trozo de botifarra en casa que un solomillo estando desalojados", afirma Joaquín Mengual, vecino de Alcalà de la Jovada (la Vall d'Alcalà) y bombero forestal. Él ha luchado contra las llamas que han pasado por delante y por detrás de este precioso pueblo.

Julia y Vicenta, dos de las primeras vecinas que han regresado esta mañana a Alcalà de la Jovada A. P. F.

"¡Qué ganas teníamos de volver a casa! Es una alegría inmensa", exclama Vicenta, también de Alcalà y una de las primeras vecinas en regresar esta mañana al pueblo. "Nos desalojaron en 5 minutos. La Guardia Civil nos dijo que cogíeramos las medicinas y nos fuéramos. Fue todo muy rápido. Nosotros hemos estado en Muro. Y claro que sufres. Pero lo importante es que no ha habido muertos y que tampoco ninguna casa se ha quemado".

"Hemos respirado al volver a casa. Lo primero que he hecho es abrir las ventanas y ventilar. Todo olía a humo", añade Julia, que también ha regresado a Alcalà nada más se ha abierto la carretera desde Planes.

Mari Carmen barría esta mañana una de las calles de Benialí A. P. F.

A José Alemany Boronat, de 94 años, no lo habían desalojado de su casa de Benirrama (la Vall de Gallinera) en la vida. "Jamás. Eso de evacuar el pueblo no había ocurrido nunca. Volver es una alegría muy grande. Pero también es triste ver todo lo que ha ardido. Yo no me hubiera ido de mi casa. Me hubiera encerrado y tenía comida. Metido en casa no corría peligro".

Mientras, Ariana López, también de Benirrama, destaca que la lluvia de ayer fue "una bendición". "¡Qué maravilla cuando empezó a llover! Después de tanta angustia, todos sentimos un gran alivio".

A Rosalía Alemany, que a los 14 años se fue a Barcelona y vuelve todos los veranos a su pueblo, Benirrama, le da rabia que no se haga caso "a los mayores". "Ellos lo dicen constantemente: hay que limpiar el monte. Sí, ya estoy tranquila porque he vuelto a casa, pero hay que escuchar a los vecinos de más edad del pueblo. Ellos saben lo que hay que hacer para que no haya incendios que hagan tanta maldad".

Rosalía Alemany, en la puerta de su casa en Benirrama A. P. F.

Mari Carmen, de Benialí (la Vall de Gallinera), estaba con los desalojados anoche en el albergue de Pego cuando el alcalde pegolino y el de la Vall de Gallinera anunciaron que estos vecinos podían volver a casa. "Empezamos a aplaudir y a saltar. Nosotros volvimos a las once de la noche. Caía un fuerte aguacero, pero daba igual. Estábamos locos por llegar a casa. Esta noche ya hemos dormido en nuestra cama y tapados con una manta".

Mari Carmen se llevó con ella el domingo, cuando se produjo el desalojo, a vecinos octogenarios que se resistían a marcharse del pueblo. "Les dije que en Pego tenía la casa de mi suegra y que allí íbamos a estar muy bien. Me costó convencerles. Es difícil que la gente mayor deje su casa y su pueblo".

Un vecino limpiaba esta mañana el lavadero de Benialí

Esta vecina destaca la solidaridad con los desalojados. "Todos los vecinos de Pego daban cubitos de hielo para que tuvíesemos en el albergue. Mientras, los bomberos se han dejado la piel para apagar el fuego".

Las casas se han salvado del fuego. Los vecinos de la Vall de Gallinera y de la Vall d'Alcalà al regresar a sus pueblos también han ido a "pegar una mirada al bancal". En algunos casos no ha habido tanta suerte. "El fuego sí ha quemado algunos cerezos", han asegurado vecinos de Benialí.

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