El poderío urbano de Dénia, la histórica Dianium romana, empezó a resurgir en el siglo X. Ya se sabíapor Al-Razi (el historiador andalusí nacido en 887 en Córdoba) que a mediados de ese siglo el califa Abd al-Rahamn III fundó los astilleros de Dénia (también los de Almería y Tortosa). Al-Razi dejó escrito que Dénia poseía «un puerto bueno y antiguo». Ahora se sabe que en la ciudad y, en concreto en la vertiente oriental del castillo, también se alzaba entonces una imponente alcazaba. Estas dos construcciones de época califal marcan el inicio del esplendor de madînat Dániya que, en 1010, se convirtió en la capital de la poderosa taifa (temible, sobre todo, por la audacia de su flota) fundada por Muyahid.
Nuevas investigaciones llevadas a cabo por el arqueólogo Josep Antoni Gisbert han permitido ahora datar la alcazaba en mediados del siglo X. A partir de la guarnición militar de esta fortaleza y de la actividad de los astilleros, surgió el gran arrabal islámico del Fortí.
«La nueva lectura de los vestigios permite analizar y sistematizar murallas que, de forma inequívoca, hay que valorar como ejemplos de fábricas de aparejo califal y, como en el caso de Xàtiva, interpretar como evidencias de una qasba o plataforma erigida a mediados del siglo X en la vertiente este del promontorio del castillo», asegura Gisbert.
El histórico puerto de Dénia y la situación estratégica de Xàtiva, ciudad de paso de la Vía Augusta, explican su resurgimiento en época califal. Gisbert ha estudiado sus alcazabas del siglo X y ha detectado la técnica a soga y tizón típica de las murallas de ese periodo de Abd al-Rahman III. Esa tipología también se da en la qasba de Tánger que igualmente edificó sobre el los años 950-951 el califa omeya de Córdoba.
«Las similitudes en la modulación de las fábricas de las murallas de la alcazaba de Tánger y la del segmento de Montsant de la alcazaba de Xàtiva y, por extensión, con la de Dénia son bien evidentes», subraya el arqueólogo, que recuerda que las fortificaciones de Tánger y Ceuta son «excelentes ejemplos de las políticas del califato en materia de fortificación de las medinas atlánticas».
Las estructuras califales del castillo de Dénia se hallan sobre todo en el Verger Baix y también hay vestigios en el Verger Alt. Los paramentos de sillería son muy potentes y en su interior presentan un sólido encofrado de mortero de cal. «Lo más antiguo que tenemos de la Dénia andalusí, los dos edificios que marcan el renacer de la ciudad, son los astilleros y la alcazaba califal», concluye Gisbert.
