Resultaría risible si no fuera por la solemnidad con la que se niega la historia y se enaltece a un general golpista responsable directo de 45.000 fusilamientos. José Font, conocido en Xàbia por su fervor católico y su afinidad con la derecha más rancia, se ha dado de baja de la hermandad sevillana de la Macarena. El pasado 4 de noviembre, día de San Carlos Borromeo (así lo señala Font), envió una carta a la basílica de Sevilla de Santa María de la Esperanza Macarena. Se habían exhumando en esta basílica los restos mortales de Queipo de Llano, el militar franquista que ejerció una sanguinaria represión y que llamó a violar a las mujeres republicanas. La exhumación se llevó a cabo tras entrar en vigor la Ley de Memoria Histórica y Democrática.

José Font comunica en su carta que ha tomado "la lamentable decisión de darme de baja de esta maravillosa y singular hermandad". Arremete, eso sí, contra la institución: "Me es difícil seguir en un lugar que permite y colabora para profanar tumbas con la anuencia de la Iglesia Católica Española". Este xabiero hace un encendido elogio de Queipo de Llano y expresa su apoyo al golpe de estado de 1936: "Formó parte de esa generación española sin igual que salvó no solo a España de morir para siempre, salvó, sobre todo, a la Iglesia Católica del exterminio total".

"Hay dos formas de asumir la historia, con rencor y revancha o con la verdad y el perdón. Habéis optado por la primera", le recrimina a la hermandad de la Macarena. "No puedo seguir siendo hermano vuestro", afirma, aunque también declara su "cariño y respeto por esta Real, Ilustre, Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora del Santo Rosario, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena".

El tono de la carta, de tan exageradamente solemne y negacionista, tiene un cierto aire de chacota. Pero no. Font va en serio y termina con una exclamación desmesurada: "¡Viva España Católica por siempre!".