El castillo de Forna, un edificio emblemático de la arquitectura gótica civil y palaciega, recuperará su esplendor. Lleva cerrado desde 2019. Es una construcción recia, pero sufre deterioro. Una de sus torres está apuntalada con un armazón de metal. Urge restaurarlo. Y eso es lo que se hará ahora. Las obras arrancarán el próximo verano. Son ambiciosas. El secretario general de Cultura y Deporte, Víctor Francos, ha anunciado hoy que el ministerio de Cultura destinará 1.091.000 euros de fondos de recuperación europeos a consolidar y rehabilitar esta fortaleza. Ha insistido en que solo hay dos actuaciones financiadas en toda la Comunitat Valenciana con estos fondos de restauración patrimonial. La otra se llevará a cabo en el castillo de Sagunt.
Francos ha visitado el castillo de Forna junto al secretario autonómico de Cultura, Joaquim Enric López; la subdelegada del Gobierno en Alicante, Araceli Poblador; el jefe del servicio de la dirección territorial de Cultura de Alicante, José Antonio López Mira, y la alcaldesa de l'Atzúbia y Forna, Maria Oltra, entre otros.
El proyecto de restauración ya estaba redactado. Ahora, sin embargo, se ha tenido que adaptar a los requisitos de sostenibilidad que exige la Unión Europea en materia de gestión de residuos y de eficiencia energética. También se mejorará la accesibilidad al castillo. Durante las obras, los arqueólogos investigarán su origen y evolución. La torre más antigua, andalusí, podría datar del siglo XII.
La fortaleza se amplió en los siglos XIV y XV. Fue palacio de los Cruïlles, señores de la baronía de Forna. El estilo que predomina es el gótico. Se ha conservado maravillosamente bien. Los tapiales y encofrados son robustos. Las aspilleras apenas han sufrido desgaste. Mientras, la sala que fue capilla está cubierta con una bóveda (falsa bóveda de crucería) con potentes nervaduras.
En la lóbrega sala que fue la prisión, hay unos excepcionales grafitis de navíos con velas triangulares y remos y escenas de guerra. Singular es el del guerrero y el pavo coronado.
El castillo albergó hasta 2019, cuando se tuvo que cerrarse, una notable actividad cultural. Las visitas guiadas atraían a numerosos turistas. Además, en su patio se realizaban conciertos. Tanto Víctor Francos como la alcaldesa de l'Atzúbia han insistido en que debe recuperar su función de recurso turístico y cultural del interior de la Marina Alta. Funciona, además, como hito paisajístico. Desde la fortaleza, se divisa el litoral de Oliva. Su situación es estratégica. Domina una histórica vía de comunicación entre la Safor, la Marina Alta y el Comtat.