El museo submarino ya existe. Se ha creado una ruta de las anclas que permite a los buceadores apreciar la gran riqueza arqueológica de la bahía del Portitxol. Mientras, se está trabajando en crear modelos fotogramétricos, en réplicas y en itinerarios en 3D para crear un museo virtual. «Es una herramienta fundamental para hacer accesible a todo el mundo este gran patrimonio», destacó ayer Jordi Blázquez.
El Portitxol, cuya isla y bahía están declarados BIC (Bien de Interés Cultura), «es impresionante». Lo subrayó Álex Pérez. «Además de todos los descubrimientos, hemos recuperado más de mil objetos históricos». «Cada nueva campaña respondemos a varias preguntas, pero surgen muchísimas más».
Los arqueólogos manejan varias hipótesis sobre el uso que en época romana tuvo l’Illa. Plantea que pudo haber una casa de recreo asociada a la suntuosa villa de la Punta de l’Arenal (desde la isla se divisa perfectamente ese otro punto de la costa). Señalan también que las dos tumbas documentadas en las intervenciones asistemáticas realizadas en los años 40 podrían ser bizantinas, ya que los romanos no acostumbraban a enterrar a sus difuntos en lugares aislados. La hipótesis del asentamiento bizantino cobra fuerza dado que en la bahía también se han encontrado numerosas anclas que son de esa época.