La historia se cuela en la historieta. Hasta ahora el personaje que más aullaba en los cómics era el Lobezno de Marvel. Le ha salido un competidor, el Rey Lobo, Ibn Mardanís, el podereso rey que en el siglo XII dominó València, Murcia, Dénia o Xàtiva. «Su reinado fue un revulsivo y un elemento de progreso en la sociedad» de Xarq al-Ándalus (territorios orientales), afirma el arqueólogo Josep A. Gisbert, quien este jueves participó en la presentación en Pego de la novela gráfica histórica «Rex Lupus. La Furia de Sharq. Libro 2ª». El autor es Mike Àngel Toledo i Banyuls, quien ha conseguido que la historia cobre vida. Sus viñetas son puro dinamismo.

La historia entra mejor a través del cómic. El autor se toma, claro, sus licencias, pero logra reflejar con rigor el siglo XII. Se ha documentado a fondo. «Su trabajo es fruto de una ávida e incesante búsqueda de fuentes para poder recrear, dar color e ilustrar la figura y las gestas de Ibn Mardanís», asegura Gisbert.

La portada de "Rex Lupus"

La portada de "Rex Lupus" Levante-EMV

El arqueólogo advierte de que es evidente el influjo del mundo del cómic. Es un lenguaje nuevo, pero funciona bien cuando la historieta se inspira en épocas tan potentes como la del Rey Lobo (así lo conocían los cristianos). "Modernizó y ejerció un control firme de las principales fuentes de riqueza y de los tributos que derivan del comercio", indica Gisbert, que recuerda que durante su reinado se levantó la fortaleza de El Castellar, en la frontera de Pego y Oliva, en el nacimiento del río Bullent y en el camino ancestral de Xàtiva. Además, en ese momento, resurgió el esplendor de Madina Daniya (Dénia), que creció sobre la laguna desecada del Saladar y acogió numerosas yeserías. Los alarifes adornaban primorosamente con yeso los palacios. También entonces se reactivó el puerto y el comercio de Dénia en el Mediterráneo y, en concreto, con las repúblicas de Pisa y Génova.

El arqueólogo anima a Mikel Àngel Toledo a seguir desvelando esta fascinante historia. Le sugiere que en un próximo número recree las singladuras comerciales y la efervescencia del puerto de Dénia, así como los peregrinajes a la Meca. También expresa que sería fantástico que la topografía de la medina de Dénia, con sus funduq y hammam, apareciera en las viñetas.