Refulge en Navidad la torre Eiffel que surgió en Dénia de la chatarra
La réplica de 15 metros del monumento parisino se ha convertido en un símbolo de la segunda vida del metal
Un símbolo. La torre Eiffel de Dénia, una esbelta réplica de 15 metros del monumento parisino, vuelve a brillar con fuerza. Germán Bellsted, el chatarrero responsable de Bell’s, un negocio de reciclaje de metal, la ha vuelto a iluminar con 70 metros de luces led que cambian de color. La torre la creó Germán junto a Rafa Martínez, un experto en chapa y pintura que demostró gran pericia para las proporciones. Está hecha con hierros reciclados. Es el ejemplo de que todo tiene una segunda (y a veces resplandeciente) segunda vida.
La torre está en la parcela de Bell's. Germán la puso a la venta, pero ahora dice que le viene genial tenerla y que llame tanto la atención de todos. "Viene gente a fotografiarla y a hacerse selfies con la torre detrás. Llama la atención y alrededor he montado un rastro de productos vintage", explica.
La chatarra es un universo sorprendente. Germán está creando con planchas de hierro una escultura de gran tamaño de un toro. En el rastro hay maquinaría de viejas factorías de sombreros de Gata de Gorgos, la rueda de una noria con los cangilones, tiburones de tamaño natural de plástico que decoraban una discoteca de Barcelona... La torre Eiffel domina este mundo de la segunda oportunidad y del reciclaje.
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