Xàbia quiere poner coto a la música a todo trapo en los yates

Xàbia quiere bajarle el volumen a las bullangueras fiestas en los yates. En los últimos años, los del furor náutico, se ha puesto de moda lo de poner la música a bordo a todo trapo. Desde la costa se escucha el jolgorio. El mar es una verbena.

El Ayuntamiento de Xàbia quiere que las tripulaciones más escandalosas sepan que las normas de convivencia también tienen vigencia en el mar. De ahí que el departamento de Playas y Medio Ambiente haya redactado unas normas de utilización de las boyas de fondeo que ya ha enviado a los clubes náuticos y a las marinas para que realicen aportaciones.

El litoral de Xàbia es el paraíso de la náutica de recreo. Las boyas evitan que las embarcaciones arrojen el ancla en los fondos de posidonia oceánica (está totalmente prohibido). En la Cala Blanca y la Sardinera, hay 62 balizas para amarrar; en el Cap Negre, veinte ; en la Cova dels Òrguens, seis; en la Cova del Llop Marí, cinco; en En Caló, diez, y en la Granadella, otras cinco.

Urge poner coto a los desmanes en el mar. La norma que pone sordina a las bulliciosas fiestas especifica que queda «prohibido utilizar megafonía o reproductores de música cuando el sonido invada parte del espacio de los campos de boyas, produciendo molestias a los demás usuarios».

El manual de buenas prácticas que impulsa el departamento de Playas y Medio Ambiente también incide en que está prohibido que las embarcaciones permanezcan amarradas desde la medianoche a las 7 de la mañana. Se han detectado casos de tripulaciones que pasaban la noche a bordo. Ha ocurrido incluso que, mientras los tripulantes dormían a pierna suelta, un súbito cambio en el oleaje ha hecho encallar el yate.

También está prohibido enganchar más de una embarcación a cada boya o que las barcas se abarloen a otra que está fondeada en la baliza. Esa práctica de abarloar (arrimar un barco junto al otro) está bastante extendida y es frecuente que dos, tres y hasta cuatro barcas se agrupen para celebrar cuchipandas marineras.

Igualmente, se veta arrojar residuos, «sean contaminantes o no», al mar o tener en marcha los motores de una embarcación que está amarrada a la boya. Otra norma es que se prohíbe practicar esquí náutico o navegar con motos de agua a más de 3 nudos dentro del campo de fondeo.

Las normas son de lógica aplastante, pero el desmadre del verano en tierra también ha llegado ya al mar y va bien recordarlas para que la convivencia no se vaya a pique.