Talan árboles en acantilados protegidos de Xàbia para tener vista

Pinos que están fuera de las parcelas de los chalés aparecen de un día para otro mutilados

Pino mutilado y que ha terminado secándose, en el acantilado del Cap de la Nau. | A. P. F.

Pino mutilado y que ha terminado secándose, en el acantilado del Cap de la Nau. | A. P. F. / alfons padilla. xàbia

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Que se talen los pinos de la propia parcela podría tener un pase. Pero que el ansia de gozar de un horizonte despejado lleve a cortar y desmochar árboles de laderas y acantilados protegidos es pasarse de la raya. La vista, ya se sabe, cotiza. Asomarse al mar sin que nada se interponga aumenta exponencialmente el valor de esos chalés de impresión que se construyen en los acantilados de Xàbia.

Árboles talados en un suelo sin construir. | A. P. F.

Árboles talados en una ladera de la Granadella. | A. P. F. / alfons padilla. xàbia

La práctica de talar pinos que tapan la vista continúa en el litoral más escarpado de Xàbia. Se cortan árboles que están en suelos públicos y protegidos. En el mirador de les Pesqueres, en el Cap de la Nau, se han mutilado árboles arraigados en suelo público. El mirador es una franja salvada al urbanismo. Los chalés que lindan con esta atalaya quieren horizontes despejados. Los árboles no llegan a ser frondosos. Se les cercenan ramas y tronco y terminan secándose.

Esto también ocurre en las laderas del Portitxol. En la carretera que baja a la Granadella, también, de la noche a la mañana, han aparecido pinos talados. No están dentro de la parcela de ningún chalé. Lo que ocurre es que «molestan», y tener buena vista revaloriza las propiedades inmobiliarias. De golpe, su precio sube varios miles de euros.

La normativa de Xàbia con la tala de árboles en el propio terreno es bastante laxa. Se puede cortar sin límites. Luego, cuando se acaban las obras, los técnicos municipales las inspeccionan y obligan a que se siembre un árbol en cada 50 metros cuadrados de jardín. Está prohibido, claro, arrasar los árboles que están fuera de la parcela. Pero no se pilla a nadie sierra en mano. Y, de un día para otro, aparecen más árboles talados y desmochados.