La compra por parte del Consell del convento de Jesús Pobre, paralizada

La adquisición por 2 millones de euros cuenta con todos los informes favorables. Los propietarios quieren que se haga efectiva y la reclaman en un recurso de reposición que ahora han presentado

El convento, a la izquierda y datado en 1789, está adosado a la iglesia de Jesús Pobre. | A. P. F.

El convento, a la izquierda y datado en 1789, está adosado a la iglesia de Jesús Pobre. | A. P. F. / alfons padilla. jesús pobre

alfons padilla. jesús pobre

Los primeros presupuestos participativos del Consell hicieron soñar a la Marina Alta. El antiguo convento de Jesús Pobre, que se terminó de construir en 1789, iba a tener, por fin, uso público. La Generalitat lo compraba. Esa propuesta recibió una avalancha de votos. El pasado 14 de septiembre se inició el expediente para la adquisición directa por parte del Consell de este histórico inmueble, de 615 metros cuadrados (está adosado a la iglesia de Jesús Pobre), y de sus jardines, que abrazan otros 2.061 m2. El acuerdo con los propietarios, la familia neerlandesa Onkenhout, era total. Los herederos de Anna-Maria Onkenhout habían realizado una oferta de venta de 2 millones de euros. Contaba con todos los informes favorables. Estaba hecho. Pero han pasado los meses y nada. Y los dueños entienden que la Generalitat se ha echado atrás.

De hecho, los propietarios han presentado un recurso potestativo de reposición ante la conselleria de Hacienda y Modelo Económico (es el paso previo a acudir a los tribunales) contra «la desestimación presunta» de la compra del antiguo convento y de sus jardines. No han recibido una resolución explícita, pero advierten en el recurso que se ha sobrepasado de largo el plazo máximo de tres meses para resolver los expedientes que establece el Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Los dueños infieren que la compra queda desestimada por silencio administrativo. Y no quieren que se frustre la operación. El recurso incide en que debe reactivarse la adquisición directa del inmueble, dado que está avalada por los informes de patrimonio y no hay «ninguna razón de interés público» que justifique que el Consell recule ahora y no culmine una operación que es un hito para la Marina Alta.

La sobria y recia fachada del inmueble, un ejemplo sobresaliente de arquitectura conventual

La sobria y recia fachada del inmueble, un ejemplo sobresaliente de arquitectura conventual / A. P. F.

Los informes sobre el valor histórico y artístico del convento, que es Bien de Relevancia Local y cuya declaración de Bien de Interés Cultural se está tramitando, son concluyentes. Su arquitectura es recia y sobria. Cuenta con claustro y aloja valiosos retablos cerámicos que representan al Pare Pere arrodillado ante el Montgó y en el convento y en su «coveta». La puerta está enmarcada con sillares de tosca y coronada con un escudo heráldico también de tosca. El convento actual se levantó sobre otro primitivo fundado por el fraile franciscano Pedro Esteve, el Pare Pere (1582-1658), al que todavía hoy se le tiene gran devoción en Jesús Pobre y en Dénia. El convento se desamortizó en 1836. En 1968 se convirtió en vivienda. Las celdas se transformaron en salones y habitaciones. No obstante, mantiene intacta la arquitectura conventual.

El precio de 2 millones de euros también se consideraba ajustado. De hecho, es inferior al estimado por la propia conselleria de Hacienda, de 2.234.229 euros.

Los propietarios siempre han dado prioridad a que el inmueble lo compraran la Generalitat o el Ayuntamiento de Dénia. Quieren que tenga uso público. Además, la Eatim (Entidad Local Menor) de Jesús Pobre ha pedido también al Consell que adquiera este edificio de gran valor histórico. El propósito era que se convirtiera en una sede cultural de la Marina Alta.

La adquisición del convento y que abriera sus puertas y fuera de uso público constituían un hito. También lo era que se consiguiera a través de los primeros presupuestos participativos del Consell. Ahora todo está en el aire. Eso sí, los propietarios se resisten a que la operación que tanto había ilusionado a los vecinos de Jesús Pobre y de la Marina Alta quede en nada.