«Hemos pasado de mirar a los ojos al paciente a estar pendientes del ordenador»
Régulo Lorente, que se jubila tras más de 40 años de médico en Benitatxell, afirma que el momento más duro de toda su trayectoria fue la pandemia: «Perdimos a tres vecinos muy queridos»

El doctor Régulo Lorente, en la puerta de su consulta. | A. P. F. / alfons padilla. benitatxell
alfons padilla. benitatxell
Los médicos de pueblo y de familia han sido todo oídos. Han escuchado (y auscultado) con infinita paciencia a sus vecinos y pacientes. Ahora conviene escucharlos a ellos. Su experiencia es un tesoro.
«La medicina era cercana, agradecida y humana. La gran diferencia respecto a ahora es que podíamos dedicarle tiempo a cada enfermo», explica Régulo Lorente, quien llegó a principios de los años 80 al Poble Nou de Benitatxell.
Este doctor había estudiado la carrera en Salamanca y ya había ejercido en Ávila. Él es del pueblo abulense de Candeleda. Ahora también se considera poblero o «mitja fava».
«En aquella época, había concursos nacionales de traslado cada año y salían muchísimas plazas: 10.000, 12.000, 15.000... Mi mujer, que entonces era mi novia, y yo decidimos venirnos una temporada a la costa de levante».
La «temporada» ha sido toda una vida. Régulo lleva más de 40 años de médico en Benitatxell. Se jubila el próximo mes de junio. Aquellos primeros años de médico rural y de pueblo fueron heroicos. Los hospitales más cercanos eran los de Alicante, València y Gandia y el recurso sanitario más potente en la Marina Alta era el ambulatorio de Marqués de Campo de Dénia. Sin embargo, también era una época en la que la medicina era de ir de casa en casa y ganarse la confianza de los vecinos. «Me sabía de memoria los medicamentos que tomaba cada uno. En esa época, el cura era Don Ernesto y creo que él y yo hemos comido en todas las casas de Benitatxell», rememora Régulo.
«Creo que en los años 80 el cura Don Ernesto y yo comimos en todas las casas del pueblo; la medicina era cercana»
Cuando llegó, vivía en la llamada casa del médico. Siempre debía estar disponible para atender a enfermos. Los vecinos llegaban a la consulta sin cita y preguntaban «¿quién es el último?».
«Hasta que no los atendías a todos no acababas. Recuerdo que a veces me iba a tomar un café al Parador de Xàbia y dejaba en la puerta de la consulta un cartel con el número de teléfono del Parador. Si me llamaban, me volvía corriendo».

El doctor Régulo Lorente lleva más de 40 años de médico en Benitatxell / A. P. F.
«El trato de la gente de Benitatxell fue excelente. Decidimos quedarnos aquí. Nació mi hija y su infancia fue muy feliz. Ella es ahora neuróloga», explica este facultativo que confirma que, definitivamente, pertenece a esa antigua estirpe de doctores tremendamente instruidos cuando señala que Ortega y Gasset y Pío Baroja (este escritor fue médico) defendían que «lo fundamental» en medicina es sentarse cara a cara con el enfermo y hablar largo y tendido con él.
«El cambio más importante de aquellos años a ahora es que antes mirábamos a los ojos al paciente y ahora estamos más pendientes del ordenador», advierte Régulo.
«Podíamos dedicarle tiempo al enfermo. Visitaba cada día a personas mayores y charlábamos de todo»
En 1990, la casa del médico ya se transformó en clínica médica (tres consultas y un mostrador) y, en 2006, se puso en marcha el actual centro de salud. «La consulta se informatizó y llegaron la burocracia y también la cita previa. A los vecinos y a nosotros, los sanitarios, nos costó acostumbrarnos. Hay, desde luego, cosas buenas como la historia clínica digital, pero se ha perdido aquella medicina tan cercana».
Los tiempos han cambiado una barbaridad. Régulo, que ahora tiene 69 años, evoca aquellos días en los que acudía a las casas de los enfermos con un maletín con lo básico. «Todos los días iba a ver a cuatro o cinco personas mayores y nos sentábamos junto a la chimenea o la estufa y charlábamos de problemas médicos y también familiares y personales».
Admite que el momento más duro de estas cuatro décadas de ejercicio profesional fue la pandemia. «Lo pasamos muy mal. Los primeros meses fueron un poco de caos y no teníamos equipos de protección. Perdimos a tres vecinos muy queridos».
- Detectan en les Marines de Dénia a okupas organizados que invaden viviendas y venden las llaves
- Presunto acoso en l'Escoleta de Dénia: “La situación es insoportable; estábamos al límite y hemos roto a llorar ante los niños
- Un ciclista muere y su hijo de 14 años está herido tras ser arrollados por un coche en Calp
- Con la puerta en las narices: las playas de Moraira 'echan' a las caravanas
- Construyen un peculiar chalé de lujo en lo más alto del acantilado de la cala del Baladrar de Benissa
- La «calderilla» que ocultaba en un chalé de Dénia el exjefe de la UDEF en Madrid
- La víctima del accidente ciclista de Calp era un guipuzcoano que pasaba la Semana Santa en la zona
- Cuando la Cova Tallada es una trampa: el oleaje atrapa dos jóvenes en la gruta costera de Xàbia