El pacto entre la alcaldesa Ana Sala y la izquierda de Calp, más cerca

Los socialistas exigirán que se construya ya el segundo instituto y una residencia pública de mayores

La alcaldesa de Calp, la expopular Ana Sala, tiene todos los números para seguir en el cargo. | DAVID REVENGA

La alcaldesa de Calp, la expopular Ana Sala, tiene todos los números para seguir en el cargo. | DAVID REVENGA / Alfons padilla. calp

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Corre un chascarrillo por Calp. Ana Sala, la alcaldesa, puede hacerle un último servicio a su expartido, el PP. Puede echar a Sánchez. Pero, claro, este es otro Sánchez. Es César Sánchez, el candidato popular que ha conquistado una de esas victorias llamadas pírricas (ocho concejales) que no sirven para nada.

A lo serio. Cuando las elecciones cierran una puerta, se abre una ventana. PSOE y Compromís tienen una ventana. Los valencianistas mantienen cierto suspense, pero por parte de los socialistas parece claro que harán de tripas corazón y pactarán con Ana Sala (seis ediles).

El PSOE de Guillermo Sendra se enfrenta a una difícil encrucijada. Viene de un catastrófico resultado electoral (tres concejales). Los socialistas interpretan que no pueden quedarse de brazos cruzados y permitir que César Sánchez gobierne en minoría. Es más, las fuentes consultadas afirman que por la calle los vecinos les dicen «con Ana». Curioso. Ese fue el lema con el que Ana Sala, ahora líder de Somos Calpe, ganó las elecciones con el PP hace cuatro años. En la sede popular, debe quedar arrumbado alguno de los carteles de aquella campaña.

La ventana para tener foco se llama Ana Sala. La campaña ha estado tremendamente polarizada. Ha sido maniquea y, por momentos, se convirtió en una crónica de sucesos. Todo se redujo a un pugilato entre César Sánchez y la alcaldesa. El PSOE y Compromís (dos ediles) lamentan que el fragor acallara los programas. También hay una lectura positiva. Los votos de ambos partidos, así como los de Defendamos Calpe (dos concejales), son un suelo electoral desprovisto de sufragios coyunturales; son un suelo firme desde el que crecer.

Desde esa óptica, pactar con Ana Sala, hacerla alcaldesa y entrar en el gobierno es una oportunidad para dar foco a esos programas que han pasado sin pena ni gloria en la campaña. Los socialistas aluden ya a proyectos que deben figurar como prioridades en ese más que posible acuerdo a tres bandas: el segundo instituto, exigir a Marina Salud el centro de salud integral que no ha construido, una residencia pública de mayores, acabar con los «privilegios» urbanísticos a los grandes hoteles...

Hay predisposición. Las fuentes socialistas aclaran, sin embargo, que las conversaciones todavía no han empezado. Todo está verde y todo está muy maduro. Esta semana es la decisiva.

También saben los socialistas que la hemeroteca y los exabruptos de Ana Sala (dijo que fue feliz durante el franquismo) y de su número dos, Juan Manuel del Pino (opinó que a los niños no había que hablarles de diversidad afectiva), están ahí y son imborrables. Pero consideran que estos dos políticos se están corrigiendo estos impulsos carpetovetónicos. Precisan que en la lista de Somos Calpe iban personas del colectivo LGTBI y que eso ya confirma una voluntad de abrirse a la sociedad y de tolerancia.

Así las cosas, ese pacto de Ana Sala y la izquierda calpina, imposible y totalmente descabellado hace unos meses, tiene ahora todos los números. De hecho, parece inevitable.

Y otra sorpresa: César Sánchez repitió machaconamente en campaña que votar a Ana Sala era darle la alcaldía a los socialistas. Interpretaba que había un pacto secreto. El candidato del PP también estaba en esto desenfocado. Si nada se tuerce, va a ocurrir al revés. El PSOE aupará a la líder de Somos Calpe. La política ha dejado en este municipio en los últimos meses insólitos giros de guión.