La promotora del PAI de Llíber dice que se vio obligada a cerrar la senda tras el sabotaje a las obras

Sostiene que el camino no es centenario y lamenta el perjuicio causado al cerrarlo a senderistas y ciclistas y corredores de montaña

Una de las máquinas que sufrió el sabotaje

Una de las máquinas que sufrió el sabotaje / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Llíber

El grupo VAPF, que promueve el PAI de 488 casas en una ladera de Llíber, ha dado su punto de vista sobre el encontronazo de este domingo con los participantes en un paseo convocado por Salvem la Vall, plataforma que rechaza este proyecto urbanístico, para explicar sobre el terreno la biodiversidad de esta montaña (la Muntanya Llarga). La empresa asegura que la plataforma tenía "clara intención de provocar" al plantear que la ruta atravesara "el suelo del ámbito de la urbanización Medina Llíber". Afirma que los participantes entraron en terrenos que son propiedad privada. "Para mostrar la biodiversidad de la zona no resultaba necesario acceder a través de la urbanización", sostiene la promotora.

La empresa asegura que los responsables de la plataforma sabían que estos terrenos estaban cerrados desde "los actos penales" de finales de noviembre. Alude al sabotaje de maquinaria (se prendió fuego a tres máquinas excavadoras y se dañó un camión). También sostiene que aquel "incendio intencionado pudo haber provocado la destrucción dela Muntanya Llarga si no hubiese sido por la rápida actuación de los bomberos".

A partir de entonces, la VAPF contrató vigilancia privada "a fin de evitar nuevos actos terroristas". Dice que los trabajadores de seguridad no forzaron a retroceder a los excursionistas, sino que la propia mercantil "dio instrucciones de permitir el acceso al considerar que, al contar con la presencia de la Guardia Civil, no iba a entrañar peligro para el entorno y la maquinaria".

La empresa rechaza que la senda sea un camino centenario. Dice que termina en el límite de la urbanización y "a partir de ahí existe un vial abierto hace años por los anteriores urbanizadores".

Sí admite que antes del sabotaje se dejaba pasar a senderistas y ciclistas y corredores de montaña. Y lamenta "los perjuicios que la decisión de cerrar la urbanización pueda generar en los usuarios de ese trazado". La empresa dice estar dispuesta a habilitar "un camino alternativo que transcurra por fuera del ámbito" de la urbanización.

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