Trabajadores que han estado más de 40 años en la fábrica de Bimbo en El Verger: "Es nuestra vida"
"Nos alegramos de volver a vernos, pero esto es una pena y sufrimos mucho por la gente joven"

Nela Giménez, Alberto Seguí y Juani González, antiguos trabajadores de Bimbo / A. P. F.

Mañana de reencuentros. Muchos extrabajadores de la fábrica de Bimbo en el Verger han repetido hoy un ritual antiguo. Se han tomado un café en el restaurante Corinto (está junto a la factoría) y luego han ido a esa factoría que ha sido su vida. Se han fundido en abrazos con compañeros a los que hacía tiempo que no veían.
"Son muy buenos recuerdos. El autobús de Madalenas Ortiz traía a trabajadores de Dénia y Oliva. Estuve trabajando 48 años aquí", recuerda Pilar López, de Pego, quien entró en la empresa con 15 años. "Estoy muy afectada. Hemos sido una gran familia. Y también trabajábamos miembros de la misma familia. Aquí estuvieron mi padre, mi hermana y mi cuñado. Hoy siento mucha pena. La plantilla es ahora joven. Tienen hijos y se quedan sin empleo".
Rosa García, que es la más veterana de los actuales trabajadores (lleva 47 años), se abraza Francisco Ribes, quien estuvo 39 años. "Empecé con 14 años. Sí, hoy aquí estamos muchos para quienes esta fábrica ha sido nuestra vida", afirma Rosa. "Hoy los sentimientos son agridulces. Te alegras de reencontrarte con los compañeros y de ver a toda esta gente que ha venido a apoyarnos, pero sientes tristeza por el cierre y por las familias jóvenes que ahora forman la plantilla".

Rosa García, la empleada más veterana (lleva 47 años), y Francisco Ribes, quien estuvo 39. / A. P. F.
Mientras, Francisco Ribes muestra el reloj que la empresa le regaló al jubilarse. "Llevo esta fábrica en el corazón. Cada vez que miro la hora me acuerdo de todos los amigos y de la gente estupenda con la que trabajé".
Alberto Seguí, de Benissili (la Vall de Gallinera), recuerda que él trabajó 49 años en esta factoría. Se abraza con Juani González, que estuvo 47. "Somos compañeros de toda la vida. Aquí fuimos como una familia. Además, trabajaban matrimonios, padres e hijos, hermanos... Eso hacía muy especial esta fábrica", explica Juani. "El cierre es un desastre", añade Alberto.
Llega Nela Giménez, de Dénia y que estuvo 45 años en la fábrica, y también se emociona al reencontrarse "con tanta gente buena y a la que quiero".
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