Antoni Llidó, el maestro: vecinos de Balones y Quatretondeta llenan la Casa de Cultura de Xàbia en una emotiva charla

El cura de Xàbia, asesinado hace 50 años por la dictadura de Pinochet, encontró una sociedad pobre y resignada en el Comtat y la transformó al infundir en los jóvenes el amor por el estudio; sus alumnos se sacaron carreras universitarias

La mesa redonda "Experiencias con Antoni Llidó en primera persona"

La mesa redonda "Experiencias con Antoni Llidó en primera persona" / Levante-EMV

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Xàbia

La educación es el verdadero evangelio. No hay un Antoni Llidó íntimo. Siempre fue el mismo. En el púlpito (no era de sermones) y en la calle. Esta mesa redonda, titulada "experiencias con Antoni Llidó en primera persona", subraya que el sacerdote y maestro de Xàbia asesinado por la dictadura de Pinochet hace ahora 50 años, fue un cura del pueblo. El historiador Mario Amorós ha titulado su último libro "Antoni Llidó: un cura junto al pueblo". Llidó es pueblo. Se identificó con el pueblo. La liberación, la teoría de la liberación, y el futuro no tenían misterios para él. Todo pasaba por la educación. La educación transforma.

Llidó fue, sobre todo, maestro, un maestro perserverante y valiente al que la jerarquía eclesiástica castigaba con lo que para él era una bendición: lo enviaba a parroquias pobres, a pueblos resignados y sin porvenir, a pueblos donde hacía más falta que en ningún otro sitio que se "predicara" la educación.

De ahí que en esta mesa redonda quienes conocieron y trataron al sacerdote enfaticen su faceta de maestro, su labor de infundir en los jóvenes el amor por el estudio.

El público llena la Casa de Cultura de Xàbia. La desborda (muchos se quedan de pie). La mayoría de los asistentes son vecinos de Balones y Quatretondeta, los pueblos del Comtat que Llidó contribuyó a transformar. Dio clases a una generación de jóvenes que luego cursaron estudios universitarios. Se hicieron profesores y médicos. De repente, estos pequeños pueblos pasaron a tener una de las tasas de universitarios más altas de Europa.

El público llenó la Casa de Cultura. Numerosos asistentes se quedaron de pie.

El público llenó la Casa de Cultura. Numerosos asistentes se quedaron de pie. / Levante-EMV

Homenajes espontáneos y sencillos

Ahora que se cumplen 50 años de su desaparición, los homenajes más emocionantes son estos espontáneos y sencillos. Xàbia lo recuerda. En Balones y Quatretendota, al igual que en Quillota, en Chile, nunca lo han olvidado.

La mesa redonda la moderó Andreu Zurriaga, sobrino de Antoni Llidó. Participaron Hèctor Garcia, de Quatretondeta, quien mantuvo una fluida correspondencia con el sacerdote y maestro; José Joaquín Martí, maestro de Balones; Carles Solà, profesor universitario y político, y Paquita Español, que fue compañera de baile en Xàbia del joven que sorprendió a todos cuando les dijo que se iba a meter a cura. Llidó se hizo cura, cura del pueblo, y lo que fue siempre es maestro.

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