Miradores

El Puig de la Llorença, el último grito del turismo de puestas de sol

Decenas de aficionados a los crepúsculos suben a la cima litoral de Benitaxell a contemplar los cielos encendidos de diciembre

La luna, sobre el Penyal d'Ifac, y el sol que se pone tras la Serra de Bèrnia

La luna, sobre el Penyal d'Ifac, y el sol que se pone tras la Serra de Bèrnia / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Mes crepuscular. Las auroras y los ocasos de diciembre sobrecogen: cielos encendidos. El turismo de la Marina Alta vive del astro rey. En verano, a pleno sol. En invierno, en plan más oblicuo y contemplativo. Los turistas buscan la postal. Ahora se han aficionado a subir al atardecer a la cima litoral del Puig de la Llorença, en el Poble Nou de Benitatxell.

Turistas asomados a uno de los "balcones" del Puig de la Llorença

Turistas asomados a uno de los "balcones" del Puig de la Llorença / A. P. F.

Ese observatorio situado a 440 metros de altitud «regala» espectaculares puestas de sol. La de este viernes fue antológica. La luna se elevaba sobre el Penyal d’Ifac y el sol se ocultaba tras la Serra de Bèrnia. En el horizonte también se perfilaba la Serra Gelada. Una tenue gasa de calina difuminó los rayos. No llegó a ser un ocaso de candilazo. Pero el amarillo evocó los atardeceres saharianos.

Esta cumbre es un mirador extraordinario

Esta cumbre es un mirador extraordinario / A. P. F.

Topónimo tradicional

El topónimo tradicional también declina. Se impone el nombre de la urbanización: Cumbre del Sol. Anodino.

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