La radiante cima de la Vall d’Ebo, un enjambre de ciclistas

El turismo deportivo de la bicicleta tira del carro en invierno

Los ciclistas coronan el puerto de montaña de la Vall d'Ebo

Los ciclistas coronan el puerto de montaña de la Vall d'Ebo / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Los ciclistas toman en diciembre, enero y febrero las carreteras del interior de la Marina Alta. El pelotón internacional prepara la temporada en la comarca. Pero hay dos serpenteantes carreteras que son el más de lo más del ciclismo: el Coll de Rates y el puerto de montaña de la Vall d’Ebo. Esta última cima, a 540 metros de altitud y habitualmente de cielo radiante, es ideal para demarrar y hacer series. Los profesionales afinan la forma en esta carretera exigente y de rugoso firme. Un espectáculo.

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